Aquella mañana, con el mismo
movimiento automático de todas las mañanas, abrí el correo y su nombre en la
bandeja de entrada me dejó estupefacto. Imposible creer que un muerto me
estuviese escribiendo. Y no cualquier muerto además, si no uno que había aparecido
en las primeras planas de todos los diarios, cuyo nombre se había pronunciado
hasta el cansancio en las emisoras radiales y en los noticieros de la televisión. De no ser por ello, jamás hubiese
recordado que con Aníbal Verdejo habíamos compartido aulas escolares en la
infancia. En rigor, no lo recordaba; difícilmente podía yo evocar las
fisonomías de esos compañeros confinados en la niebla del tiempo y del olvido,
sin embargo, por esas misteriosas tretas de la mente, la sucesión de apellidos
que configuraba la lista -que a diario- el profesor de turno entonaba cual
letanía; ese rítmico recitar de identidades encapsuladas en nomenclaturas
llamadas nombres, esa progresión, jamás se borró de mi memoria. Y tampoco
hubiese yo constatado dicha destreza (inútil por cierto) de no ser por la
sangrienta y masificada noticia. Bastó que escuchase esas dos palabras: Aníbal
Verdejo, para que como en una cascada cayesen uno a uno aquellos apelativos sin
rostros. Mas, el asunto fue que en medio de la batahola mediática que causó el
cuerpo desmembrado de Verdejo, desperdigado por numerosos sitios "nada
santos" de la ciudad, aparece este mensaje suyo en mi correo electrónico y
en cuyo asunto y con mayúsculas se enfatizaba: esto no es una broma, soy yo,
Aníbal Verdejo, camarada suyo en el Instituto Pacífico. A continuación me
indicaba día, hora y lugar para encontrarnos. Por supuesto pensé que se trataba
de una broma. De pésimo gusto claro está. ¿Pero quién y para qué querría
mofarse de mi y del pobre difunto de esta manera?. Pensándolo bien era más
macabro que un vivo se interesara en descolocarme de tal modo a que el
mismísimo Aníbal se estuviese comunicando conmigo desde la ultratumba. A decir
verdad, nunca supe si este Verdejo era el mismísimo Verdejo ni si este mismísimo
Verdejo correspondía efectivamente al infante ( o más bien al nombre del
infante) que yo recordaba en la nómina escolar.
No paró de hablar. Parecía
repentinamente liberado de un perpetuo silencio. Se enfrascó en un monólogo que
deambulaba por una serie de tópicos que en un principio me parecieron inconexos
hasta que no se si él, o yo, o ambos o un artilugio fuera de nuestras
conciencias, estableció una lógica tan taxativa como la sucesión de
patronímicos y sus consiguientes respuestas: presente o ausente. La ausencia
era gritada a voces por todo el curso. Esta dialéctica amputó de cuajo mis
propios racionamientos y, simplemente, acepté con absoluta normalidad la
absurda situación a la que me enfrentaba. Cuando llegué al estadio, el mismo al
que ibamos de niños durante las clases de Educación Física y le vi, mórbido,
con un bigotillo imberbe que parecía perderse en medio de los mofletes; no pude
evitar pensar en el arduo trabajo que hubo de tener el criminal para
descuartizarlo y avergonzado de tan cruel pensamiento, intenté evocar al
Verdejo de la infancia. Nada; mi cerebro no registraba a ningún alumno gordo ni
con esos ojos grises tan tristes ni con ese pelo cobrizo ensortijado ni con ese
don seductor de la palabra. Luego de una
serie de filípicas que ahondaban en tortuosos recorridos por la soledad y la
devastación y en las marcas recalcitrantes que los traumas dejan para siempre;
me solicitó le hiciese un favor, una simple ayuda que me permitirá por fin -dijo- desprenderme de esta pesada anatomía y
disfrutar de la ingravidez que ni siquiera la mutilación ha logrado darme.
Lo hice, llevé el sobre a la
dirección que me indicó; un caserío a mal traer y aparentemente deshabitado.
Tras haber dado fuertes golpes al portón sin haber obtenido respuesta alguna,
una punzada de terror se me clavó en el estómago al pensar que había caído en
una alevosa trampa, que sostenía en mis manos evidencia incriminatoria, que en
cuestión de horas sería yo sindicado como el psicópata descuartizador de
Verdejo. Sentí el crujir del picaporte, la pesada puerta se entreabrió y la
cabeza rapada de un muchacho apareció ante mi. Sus ojos se clavaron en el
sobre, de un manotazo me lo arrebató y sus mejillas se cubrieron del
característico rubor de la verguenza.
Al llegar a casa, encontré
en el buzón la cuenta de internet; al leer la factura reparé en que Abarzúa, mi
apellido, siempre fue el primero de la lista.
26 comentarios:
LO cuentas de tal modo que no parece ficción, sino realidad: Muy buen relato...y ese final...después de los espeluznante, quedarse a repararan en una minucia: el lugar del apellido en la lista escolar. UN abrazo. Carlos
Buenísimo relato, que atrapa desde el comienzo, de fácil y comprensible lectura, y su fondo...ay, cómo decirlo,es como un cuadro surrealista, que interactúa perfectamente con la mirada del lector.
Abrazos miles,Eva.
Imaginación al poder:-) Genial y terrorífico relato que te mantiene muy pendiente de la lectura hasta el final,. Muy buen desenlace.
Curios recordar como algunas listas del colegio se te quedan grabadas, yo también las recuerdo. (Espero no encontrarme con ningún descuartizador)
Bss Eva, me alegro saber de que estás bien.
Todo un relato, atrapante, uno se ve envuelto en la historia. No se yo si es bueno ser el primero de una lista...buenisimo final.
Un abrazo.
Cuando la ficción se reviste de verosimilitud, se hace acto vivido. Buen relato.
Saludos
Me ha parecido un gran relato, en todo momento quedas atrapado por la la trama.
Un saludo.
Una buena trama hasta el final me has tenido atenta, un abrazo
Bastante tétrico el relato, pero me quedo con dos cosas: a veces, ni los muertos descansan o no lo dejan descansar; la otra es la definición que has dado de los nombres: identidades encapsuladas en nomenclaturas: me parece genial. Hoy nos has dejado un relato poderoso, soberbio, a la altura de La Cala. Abrazos, Eva.
Magnífico relato en el que has dosificado la intriga de forma magistral.
Saludos
Muy buen relato, con hilos conductores y ritmo especificos y bien dosificados. Le encontre buen lenguaje y elegancia.
Saludos!!!
De la primera de la lista al último con V, se quedó en la retina de la memoria y luego jugó su juego el relato, la muerte despedazado, la catarata de recuerdos, lo imposible, el miedo, la intriga, la pura fantasía, inquietante y genial.
Besito en lunes, que tengas una nuena semana Eva, me alegra leerte siempre, no tardes tanto y cuídate amiga.
Regreso tras un largo paréntesis a ponerme al día.
Curioso relato que me ha puesto los pelos de punta.
Un placer volver a leerte.
Besitos.
Eva, feliz de volver a leer tu faceta narrativa.
Un relato trepidante que nos mantiene en tensión en ese listado interminable de nombres y posibles pistas que den con la resolución de la intriga.
Tu historia me llevó a mi lista y a la zozobra que me ccausaba estar siempre en las primeras nominaciones de culaquier tarea, actividad, etc, por aquello de estar ubicada en la segunda letra del abecedario. Cuánto deseé el anonimato o la exposición tardía de la X, de la Z o de la Y.
Una trama que nos captura hasta dar con el alfa que nos abre las claves del relato.
Un abrazo grande y muy -bastante- cercano
Impresionante!
Eva realmente me capturas en cada post, y eso que tengo deficit atencional, yo contigo logro llegar hasta el final de lo que escribes como si fuera el comienzo.
Un abrazo enormeeeeeeeeee.
pd
Estoy media dispersa, escribo algo, me arrepiento, lo mando a borrador, ni yo me entiendo, pero en fin la creatividad es lo que cuenta.
tq amiga, besos para ti y un lindo verano.
mar
Me he dado cuenta que era ficción ya con la lectura avanzada, resulta tan intrigante y está desarrollada en un ámbito tan cotidiano y habitual que parece real...
No puedo decirte otra cosa que me ha encantado y me ha tenido en suspense hasta la última línea.
No hay nada mejor que eso no?
Un beso :)
Excelente relato...me atrapò de principio a fin.
Una vez me dijeron que las computadoras tienen vida propia y a travès del èter envìan mensajes para descifrar...no me extrañaria,pero no quisiera que me llegara uno asì jajaja.
Un beso EvaCala!
Siempre pensé que los primeros de la lista tenían la mala suerte de ser los que los profesores más recordarían a la hora de llamar para dar lección o para identificar en caso de aplicar reprimendas. En cambio, los afortunados cuyos apellidos comienzan con V o con Z esos, según mi forma de ver el asunto, siempre saldrían más beneficiados a la hora de recordar identidades. Parecería que para tu personaje se cumplió mi pálpito jejeje
Abrazos.
=)
Bien trabado el relato, lo de las listas de las clases es algo que permanece mucho tiempo. Los apellidos que empiezan por A, tienen sus ventajas e inconvenientes.
Saludos.
Me recordaste a @Bonxiorno cuando escribía ayer:
"Me levanto y descubro que en la noche, sobre un pedazo de pared, mi sombra escribió su biografía"
Besos
!!Hola,Eva!!
Esplendido relato,soberbio.
Te adentras en lo cotidiano buscando el lado retorcido de la historia,jugando con la percepción del lector.
Felicidades,ha sido gratificante leerlo.Me entusiasman los relatos de terror.
Me encanta q hayas vuelto a escribir,y a demás con una entrada fuerte,vital y poderosa.
Muchísimos besitos,Eva.
Querida Eva,que estupendo relato, aterrador por cierto, seres venidos de ultratumba que imaginamos que no han encontrado la Paz, cómo podrían si todavía en muchos casos no se ha hecho justicia.
Pienso que pudo originarse en un sueño, más bien una pesadilla, lo que haya sido se tradujo en un texto impecable, amiga mía tu pluma es maravillosa.
Besos muchos desde el otro lado de la montaña.
REM
Hola Eva. Que apuro, que miedo, me has tenido tenso mientras leía tu relato.
Muy interesante y felicidades por plasmar tus emociones (porque parece real) con tanta maestría.
Un abrazo.
ingenioso el texto, más que entretenido fue casi de suspenso, hermosa la forma de natrrarlo atrapando al lector como siempre, no pierdes tu modo ni tu tino al escribir, aunque no lo habeis firmado, supongo ante todo que es propiedad tuya, ya que sin una firma se adivina que es propiedad del dueño del blog, pero de todos modos me quedó cierta curiosidad, que por más que lo volví a leer, no me saqué de las dudas, el tipo, el muerto, estaba muerto?, si estaba muerto, como podía comunicarse? más si estaba descuartizado, no le sería un tanto difícil? y si estaba muerto, no debió aparecérsele en la habitación de nuestro portagonista en vez de citarlo en un lugar lejano? para los muertos no existen distancias, ya que se supone que están en una dimensión diferente, es más, si pudo cargar el sobre hasta el lugar de la cita, para qué molestar al protagonista si él mismo pudo haber metido el sobre bajo la puerta? para un muerto que no tiene cuerpo, un sobre debe de pesar toneladas.....
Hola Eva, hoy me vine con tranquilidad a instalarme en tu casa y me encuentro con este magnífico relato, cuyo ritmo y suspenso me atrapó. Me encantó que el muerto Vermejo fuera a ver a Abarzúa. En la lista, hace el relato circular.
Besos
شركة تنظيف كنب ومجالس بالقصيم
شركة تنظيف منازل بالقصيم
شركة مكافحة الثعابين بالهفوف
شركة مكافحة الفئران والصراصير بالهفوف
¿Hay alguien aquí buscando apoyo financiero para fines comerciales o personales? entonces este testimonio es para usted, por favor léalo... Quiero compartir aquí cómo el Sr. Benjamin me concedió un préstamo de £820.000,00 para ampliar mi negocio a una tasa de rendimiento anual del 2%. Estoy muy agradecido y creo que debería hacerlo. compártelo aquí. aquí su dirección de correo electrónico: cf-loans@outlook.com / WhatsApp +393510140339 si alguien aquí está buscando una tasa de préstamo asequible.
Publicar un comentario