La pequeña marinera desde su cielo mar nos mira. Su navegación la lleva a este sitio surreal de aguas-nubes y peces-pájaros. Su compañero de ruta -el pez de la gran bocaza- quiebra rotundamente lo que podría haber sido, solamente, una escena dulce y fantasiosa ya que el gesto del animal es tan perentorio e incisivo que impulsa a la imagen completa hacia otros significados, aportando además fuerza y expresividad. Esa boca quiere tragarse lo existente y así saciar el asombro de la vida ante la vida. En este explícito signo se concentra la avidez y gravidez de la infancia y, en contraposición, el semblante de la niña, su enigmática e inasible mirada, no se dejan atrapar por ningún concepto que aspire a describirlos por entero, más bien gatilla un cúmulo de turbadoras impresiones que sobrecogen enmudeciendo a la palabra.
El arte de calidad posee una característica esencial: fundar mundos; y sin duda, la propuesta pictórica-estética que Silvina Duprat plasma en sus obras, lo hace. El universo que erige está cimentado en aquel tiempo que todos y todas llevamos dentro: nuestra niñez; un tiempo que dejamos atrás y que a menudo olvidamos pero que sin embargo pervive en la historia personal de cada cual reflejándose en lo que somos actualmente. Esa fuente de la cual beber cuando la sequedad de la vida adulta lo reclama, ese hogar al que podemos retornar para renovar energías y esperanzas, ese espacio donde encontrar respuestas para desatar ataduras que hoy nos aprisionan, la posibilidad de releernos en lo ocurrido y vivenciado. Sus niñas representan dichas huellas pretéritas, sus símbolos y objetos, el sustrato inconsciente que perdura en cada alma, el ser interno de aquella edad. Mas, esta artista no se limita solamente a la creación de una iconocidad infantil que nos hable nostálgicamente de fantasías y sueños o de espacios maravillosos donde la felicidad es imperecedera; no se detiene en una visión meramente idealizada si no que plantea una búsqueda profunda de las emociones, sensaciones y pensamientos que transmitan los diversos estados del alma de la niñez, desmitificando esos años en los cuales también aprendimos de la soledad, de los roles que se nos imponen, de la incomprensión, la crueldad o del miedo. La travesía existencial de la infancia es también tan dura y ardua como nuestras navegaciones posteriores.
En esta pintura, la niñez se despliega en el vasto espacio físico y psicológico de los cuentos y los juegos. Allí donde no hay ruptura ni censura y lo que se imagina es lo que se es, donde lo inanimado se vitaliza fruto del soplo creativo del espíritu y la identidad se busca a si misma fundiéndose con lo que le rodea. Hondo manantial de enseñanzas para el por venir si dejamos que sus códigos y claves se abran ante nuestros ojos. Silvina lo permite, y en medio de este paisaje aparentemente dócil y bondadoso se expande a su vez la belleza de lo oculto, su desazón, las otras energías vitales que no se presentan ni afables, ni tiernas ni virtuosas. En la convergencia de lo "bello" y lo "feo", en el cruce de lo "bueno" y lo "malo", en la rítmica secuencia de eros y tánatos hace equilibrios esta pintura, diluyendo fronteras consensuales y mostrando entonces como lo vivo puede estar muerto, como lo muerto, vivo, como al interior de lo lindo está también lo siniestro, como lo que no representa peligro alguno se torna intensamente amenazante. El aprendizaje desde la inocencia, la caída de la ingenuidad, la salvación ante futuras trampas. Y en esta misma línea, pero de manera más cruda...
El arte de calidad posee una característica esencial: fundar mundos; y sin duda, la propuesta pictórica-estética que Silvina Duprat plasma en sus obras, lo hace. El universo que erige está cimentado en aquel tiempo que todos y todas llevamos dentro: nuestra niñez; un tiempo que dejamos atrás y que a menudo olvidamos pero que sin embargo pervive en la historia personal de cada cual reflejándose en lo que somos actualmente. Esa fuente de la cual beber cuando la sequedad de la vida adulta lo reclama, ese hogar al que podemos retornar para renovar energías y esperanzas, ese espacio donde encontrar respuestas para desatar ataduras que hoy nos aprisionan, la posibilidad de releernos en lo ocurrido y vivenciado. Sus niñas representan dichas huellas pretéritas, sus símbolos y objetos, el sustrato inconsciente que perdura en cada alma, el ser interno de aquella edad. Mas, esta artista no se limita solamente a la creación de una iconocidad infantil que nos hable nostálgicamente de fantasías y sueños o de espacios maravillosos donde la felicidad es imperecedera; no se detiene en una visión meramente idealizada si no que plantea una búsqueda profunda de las emociones, sensaciones y pensamientos que transmitan los diversos estados del alma de la niñez, desmitificando esos años en los cuales también aprendimos de la soledad, de los roles que se nos imponen, de la incomprensión, la crueldad o del miedo. La travesía existencial de la infancia es también tan dura y ardua como nuestras navegaciones posteriores.
En esta pintura, la niñez se despliega en el vasto espacio físico y psicológico de los cuentos y los juegos. Allí donde no hay ruptura ni censura y lo que se imagina es lo que se es, donde lo inanimado se vitaliza fruto del soplo creativo del espíritu y la identidad se busca a si misma fundiéndose con lo que le rodea. Hondo manantial de enseñanzas para el por venir si dejamos que sus códigos y claves se abran ante nuestros ojos. Silvina lo permite, y en medio de este paisaje aparentemente dócil y bondadoso se expande a su vez la belleza de lo oculto, su desazón, las otras energías vitales que no se presentan ni afables, ni tiernas ni virtuosas. En la convergencia de lo "bello" y lo "feo", en el cruce de lo "bueno" y lo "malo", en la rítmica secuencia de eros y tánatos hace equilibrios esta pintura, diluyendo fronteras consensuales y mostrando entonces como lo vivo puede estar muerto, como lo muerto, vivo, como al interior de lo lindo está también lo siniestro, como lo que no representa peligro alguno se torna intensamente amenazante. El aprendizaje desde la inocencia, la caída de la ingenuidad, la salvación ante futuras trampas. Y en esta misma línea, pero de manera más cruda...
... el convoy -como la muerte- puede asomar en cualquier instante. Enfrentada a este juego esencial, sin golosinas ni juguetes ni ensoñaciones, esta niña doble, la misma o la otra, estas dos caras de la existencia; son situadas en la desolada línea férrea con la presencia silenciada del tren a sus espaldas... fuerte conciencia que empieza a develarse en la infancia con los primeros dolores, las primeras inseguridades, las angustias y temores que se entrometen en la dulzura y en la dicha de aquella etapa.
Silvina Duprat tiene un gran mérito: su percepción de la infancia no es bobalicona y, aunque deje ver los aspectos más duros de este proceso, tampoco pierde ni la dulzura ni el encanto mágico y portentoso de aquellos años. Su pintura nos invita a un iniciático viaje que nos llevará a cruzar el umbral de los misterios. Sobrepasa también el gran escollo que su propia obra le impone: la inmensa carga simbólica y literaria que la anima. Sabe que no es psicología, no es literatura, es pintura; por tanto el nivel técnico, formal y plástico que ha de poseer tiene que hacer el contrapeso necesario para que su valor estético no se diluya en esos otros ámbitos. Y lo consigue, ya que sus contenidos y mensajes se sustentan en la creación de un estilo que se enraiza en el buen oficio del dibujo y en un colorido atmosférico, de tonalidades oníricas, refinadas y poéticas. Sus niñas poseen una identidad característica y singular y en tal sentido análoga a la conquista del "Yo" (o la individuación) que es, en suma, el itinerario de la infancia.
Aquí, desde lo pop y el comics, como en un cartel publicitario, un toque de ironía y crítica: la imposición de los mandatos socioculturales... la más buena, la más bella, la más inteligente, la más capaz... multi-roles, multiorgásmica futura Mujer Maravilla.
38 comentarios:
Eva una maravilla como has descripto las pinturas de Silvina.Una recreacion para el espíritu, éstos intercambios bloggeros son fantásticos, compartir es fantástico, DAR y RECIBIR... que más podemos pretender!
Te dejo un fuerte abrazo!!!
Son bellas las pinturas, sugerentes, pero mi sentir no es la infancia vista desde los ojos abiertos al mundo de los niños, sino desde el mundo de los adultos. Las niñas tienen los ojos tristes y parecen que saben más de lo que les correponde a su edad....
El texto que acompaña las pinturas es muy poético.
Besos Eva
Querida Eva, esta vez saqué "platea alta vip",jaja, porque no me podía perder detalle de esta conjunción única y extraordinaria que son "las nenas" de Silvina y tus brillantes análisis!
Muy placentero es volver a mirar los cuadros acompañada de tu mirada!
Hay comentarios puntuales que me encantaron, me encontré diciendo ¡tal cual! o ¡es verdad, no lo había visto!
Y como si todo esto fuera poco, no puedo dejar la subjetividad a un lado (ni quiero hacerlo) porque miro y leo envuelta en el afecto y admiración que siento por Silvina y por vos Eva!
ABRAZOS!!!
hay muchas expreciones corporales que hablan por sí solas. un magnifico trabajo.
un abrazo
No conocía a esta pintora, me han impactado sus cuadros, incluso me producen desasosiego.
Tu análisis de las imagines soberbias... me abres un mundo que desconozco.
Se aprenden cosas nuevas al leerte. Gracias por compartirlas.
Saludos.
Unas preciosas pinturas en las que mi niñez se ve absolutamente retratada. Un placer pasar por tu blog.
Un abrazo
No conocía a Silvina Duprat y ha sido un verdadero placer hacerlo a través de tu artículo. Muy buena crítica de estas pinturas, me gusta como analizas más allá de lo que se puede intuir.
Un placer leerte.
Un saludo.
Personalmente los cuadros de ninyos no son mis favoritos pero me gusta la descripcion que haces de ellos, esta claro que lo mio son las palabras. Es curioso como el periodo mas corto de nuestra vida puede condicionar en el mismo sentido, o en el contrario el resto de las edades, aunque sean periodos mucho mas largos. Un abrazo desde Frakfurt (es por esto que he de escribir con faltas de ortografia, "a este ordenador le faltan teclas".
Hola querida Eva, me vuelves a sorprender con tu arte,con tu
capasidad de analisar las pinturas.
Es increible lo diferente que una
una puede ver las pinturas sin tu
compañia,me quedo con el cuadro de
la inosencia.
Un abrazo grande.
Hola Eva, me han encantado tus análisis de los cuadros y de las historias que nos cuentan, es una forma de vivir la pintura como realmente es, una transmisión de sensaciones. No conocia a esta pintora y me parece muy original la temática, que nos lleva a recordar épocas que algunos tenemos casi olvidadas.
Un abrazo
Que delicia pasear contigo de la mano y deleitarnos con las pinturas de Silvina.
Es un placer leerte!.
Un abrazo muy grande
Tati
En verdad, es una percepción de la niñez, que a veces me deja la sensación de lo doloroso o de lo fugaz, casi la imposibilidad de asir ese presente y que no se nos escabulla como el agua de las manos. Pero los mayores solemos ver con esos ojos todo lo que perdimos. Un abrazo.
Una extraordinaria crítica, Eva, para una obra llena de significados latentes y fuerte expresividad.
un abrazo.
Eva!!!Estoy sin palabras!!!SORPRENDENTE TU ANÁLISIS!!!creería que me conoces tanto...y es que tal vez esa es la magia:yo te doy imágenes, y tú con tu alma de alquimista,impregnas las imágenes de sentido!!!Nunca pensé que pudieras hilar tan fino, con tanta sutileza, y llegar tan hondo, donde nadie ha llegado...¡Qué maravilloso destino nos ha dado cita en este mundo y en este tiempo, para concertar esta suerte de caprichosa sintonía que nos convoca y nos hace presas, a mí de tus palabras, a tí de mis pinturas!!!Un orgullo haberlo merecido, y el deseo ferviente de que tus palabras se desgranen día a día sobre nosotros para hacer de esta existencia una fiesta!! GRACIAS, AMIGA!!!
La obra es bella, atractiva, interesante. Pero tú crónica dobla la apuesta, te lo aseguro. Disfrute y aprendizaje, van de la mano leyendote.
Un fuerte abrazo.
Leyendo tus críticas y exposiciones que haces sobre la pintura y el arte en general, y creyendo que estoy capacitado para entenderlo, es cuando me doy cuenta de que siempre tengo algo que aprender, y en este blog encuentro el punto máximo de calidad, y que tú tan bien expones y desarrollas de una manera brillante las actividades por las que estás tan bien dotada.
Es un placer leerte.
Un beso desde BCN
Hola Eva,
Es una entrada muy rica en arte y psicología de la vida. Lo del pez bocón me recordó una artesanía mexicana, donde tres peces grandes de cubierta de coco, con bocas masiabiertas cuelgan el centro y alrededor, peces chicos tallados en madera, cubiertos en una pintura muy colorida, cuelgan con hilos más cortos. El conjunto parece una manada de peces chicos cercando a los grandes, o defendiendose de sus grandes bocas voráces....es un como móvil que se cuelga en los corredores...yo lo colgué en el techo de la habitación de mi niño menor.
Un placer leerte.w
Eva,profunda reflexión en las pinturas y en tus letras..Esas niñas tienen un contraste tremendo entre el color de sus vestidos y la seriedad pálida y preocupante de sus rostros..Nos insinuan el miedo,la duda y la frustración de la niñez ante el misterio y el mundo de los mayores..Realmente nos recuerdan nuestra infancia.Puedo recordar,que leía en los ojos la bondad o la frialdad de la gente..Los niños intuyen el alma y la profundidad de las cosas.
Os felicito a Silvia y a ti por el conjunto "redondo" que habéis conseguido entre el arte del pincel y la palabra..UNA GOZADA...!!
Mi abrazo otoño-primaveal.
M.Jesús
Una conjunción perfecta entre pinturaS y descripción. Felicitaciones a las dos por este maravilloso intercambio creativo.Fue un gusto conocerlas a través de Tihada!
Saludos desde Argentina!
Eva ... me gustan tanto tus críticas que me encantaría dedicaras algo de tu precioso tiempo a mis obras .. si te parece bien, podrías publicarlas aqui en tu blog, en el mío o como te pareciera mejor.
Esperando no haberte molestado por mi atrevimiento. Besos
Santi
He quedado maravillado con este análisis tuyo a la obra pictórica de Silvina; es todo: arte, sicoanálisis, poesía, amor y odio, ternura y pasión, lo real y lo irreal, lo imposible y lo posible.
Bravo Eva!!!!
No s´´e mucho de pintura pero creo hay un elemento que la hace diferente , pues combina los colores con expresiones fuertes e intensas que inspirn ingenua tristeza, o cual en un niño es poco usual pero si muy posible. Son pinturas muy bellas con figuras surrealistas que envuelven.
Un abrazo, se aprende en este espacio de arte puro .
Un placer dejarse caer por tus letras llenas de arte.
Te dejo un abrazo.
Maite
Por fin te he encontrado. Creo que esas pinturas de niños tienen un fondo escalofriante. Unas veces de perversidad(el pez boquea porque muere) y otras veces de inconsciencia ante la vida y la muerte.Yo con mis libros. El señor de las moscas, ahora se lee obligatoriamente en España en la escuela.
una combinación perfecta!!
gracias por compartir..
besos y buen finde
Estas pinturas no dejan indiferente y tras leerte queda la reflexión.
Excelente.
Un abrazo.
Hola Eva, perdona que no haya contestado antes puesto estaba de viaje..."en una idea" la obra "El paseillo" que hay arriba es acuarela y gouache y la inferior es acrílico sobre cartón.
Muy interesante tu artículo de las niñas...
Gracias por tus atenciones para conmigo y vuelvo a disuclparme por retrasarme tanto.
Salud
dv
PD: Con tu permiso pondré un enlace de tu blog en el mío
Lo cierto es que me han entrado ganas de pintar, para tratar de expresar cosas como las que tan magistalmente cuentas y enseñas.
Hola Eva. Muy interesante esta reflexión sobre la infancia en la obra de Silvina Duprat. Me ha gustado. Un saludo desde España (ArteTorreherberos).
Muy bellas pinturas y la descripción espectacular. Felicitaciones! Un abrazo.
Me encanta! Me parece fantástico poder compartir.
Saludos
me encantaron tus descripciones... la primera me fascinó mucho.
que tengas un buen fin de semana.
un besito.
Eva amiga que esplendido leer narraciones,plenas de delicias!
asi las entiendo yo!
gracias
lidia-la escriba
Hola Eva, no recibo noticias tuyas, ni publicas en La Cala.
Empiezo a precocuparme, de corazon deseo que no sea nada importante.
Un saludo afectuoso, te esperamos.
Una idea
siempre bellas palabras para bellas imagnes, aunque en ocasiones sean algo tristes y en ocasiones algo tangibles del desamor.
www.falsario.org
Siempre vengo leerte y de tu mano contemplar el maravilloso mundo de la pintura que me fascina aunque no siempre te comente…te dejo mi cariño amiga …espero todo bien y sabes que se te extraña …besos
Eva, hecho de menos tus escritos llenos de belleza.
Deseo estés bien.
Un abrazo, amiga.
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