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martes, 17 de julio de 2012

RETRATAR, en palabras de Malraux: "La llama de la Vida Inmortal"

Detalle Retrato de El Fayum, Egipto
Siglo II D.C


La tendencia a retratar es primigenia en el Arte tal y como el impulso retratista es originario en todo niño y niña desde la más temprana edad. Más allá de las formas, las técnicas y los estilos, más allá de la menor o mayor semejanza con la apariencia del modelo, la reproducción de lo que nos rodea, del si mismo y de los demás pareciera ser un instinto básico de la creación artística, un modo de aprehender la vida, un medio de la memoria y de la trascendencia. Retratar para captar y capturar, para recordar y testimoniar, para concebir y distinguir, para sujetar, asimilar e interpretar. 

Aunque la imitación de lo visible y su captura realista aparezcan como las máximas e innatas aspiraciones del Retrato Pictórico, Retratar no significa ni única ni necesariamente la imitación fehacientemente exacta de los semblantes y los cuerpos. No es la reproducción automática de los rasgos como quien saca una idéntica horma. Un  Retrato no es un molde de cera, no es una copia; como no lo son ninguna de las Obras que la Pintura ha creado a lo largo de los siglos, incluidas las que se juegan su estética en el realismo más riguroso o en la hiper-realidad más extrema. Por encima de los cánones y las tendencias estilísticas de cada tiempo, la verosimilitud del Arte del Retrato se encuentra en la fundación de otras realidades que se develan en el escudriñar en los semblantes y en los cuerpos. Es la pesquisa indagatoria de "lo invisible", aquello que compone un rostro y define sus facciones y atributos, su carácter; aquella emoción que puntualiza una complexión determinada, aquel pensamiento que cae junto a la mano que cae, el porque se enerva una piel o el porque languidece una mirada.  Ya sea desde lo sintético o esquemático, ya desde lo figurativo, lo estilizado o lo abstracto, ya desde la semejanza visual o desde una deformante transgresión es "lo invisible" lo que anima a la reproducción inanimada, el ánima del Retrato, su más genuina realidad. 


Francisco Dominguez Penis
 retratado por
CARLOS SALAZAR

Ven a Una Idea Mucho Arte

Este Retrato trasgrede las ordenanzas formales y significativas usualmente cumplidas en este género pictórico: fondo -que a veces tiene preponderancia como clave decorativa o por su tratamiento formal- y figura como exclusivos elementos de la composición; la significancia única o mayoritariamente centrada en el rostro, la captación de algún gesto corporal, el color como elemento neutral o, por el contrario, como clave de la comunicación. Aquí, se agregan elementos decidores en términos de Contenido y  la construcción del retratado apela a una doble dimensión como si, precisamente, se desdoblara en un plano físico y en un plano mental y la ventana fuese el umbral entre ambos mundos. Considerando la apertura interpretativa que se genera, siento que ambas esferas de lo humano – el cuerpo y la mente- se escinden definiendo un resultado estético que amplía las posibilidades del tema y sus significados. Más que la incorporación de lo surreal o lo onírico, pareciese que al hurgar en la piel y en las facciones, en la gestualidad, en la mirada y el brillo de los ojos, el artista accediese al contenido mental y lo proyectase fuera: símbolo, arquetipo, emoción o pensamiento, evocación o deseo.

La mujer, en primer plano tratada composicionalmente de tal modo que no resta un ápice de importancia al retrato mismo, empequeñecida a la vez que sumamente pregnante, duerme aferrada a un libro abierto. Una imagen cautivante y provocadora que sugiere al inconsciente. En ella se produce un contrapunto con el Color atmosférico y ambiental y aparecen notas en rojo, azul y blanco que le unen al fondo y a la figura principal.

El rostro del retratado es tratado con un realismo de gran expresividad y con un toque distorsionador que desequilibra las proporciones plasmando el estilo del artista, acentuando el carácter del retratado, otorgándole vitalidad y emoción: la psique necesaria para que el personaje sea una persona irrepetible. Es la captura del misterio que anida en nuestra naturaleza: todos iguales -ojos nariz y boca, tronco y extremidades- sin embargo, todos distintos. La energía que nos particulariza, “lo invisible”. Lo invisible que a la vez nos une.

Se produce la sensación de sincronía entre la fisonomía que se retrata y el tratamiento plástico con el que se traducen dichos rasgos; es decir, entre el paso/traspaso desde el original a la ficción del plano. La noble rudeza que transmite el retratado es reflejada armónicamente en un realismo austero cuyas formas poseen la corporalidad de lo escultórico, capaz de  captar con talento lo esencial: el trabajo de las carnaciones, los relieves y sobrerelieves de la piel, las marcas y el modo de mirar, la forma sutil y a la vez profunda de la mirada como espejo de lo interno, señas éstas que, en suma, definen una identidad.

La identidad del retratado define la identidad del estilo. La identidad estética del artista devela la identidad del retratado, un íntimo y cómplice enlace que implica por parte de ambos coraje y entrega. Una cercanía que siembra entendimiento y fraternidad.

30 comentarios:

Dafne Caligari dijo...

Gracias por esta magnífica lección.
Me ha encantado leerte.

Un abrazo pictórico ( o dos).

Nieves Martín dijo...

Me gusta tu perspectiva, como nos ensañas el retrato y todo lo que transmite.

Magistral!

Un abrazo :)

Garriga dijo...

el retrato en en la escritura sería lo mismo. Opino que es como si fuera una traduccion de lo real y como se sabe, el traductor es el traidor. Muy culto, muy cool.

Tracy dijo...

Ya echaba de menos tus entradas, te cotizas cara ¿eh?.
La mirada de la primera pintura que nos muestras es impresionante.

El Gaucho Santillán dijo...

Un retrato, escrito o hablado, o pintado, siempre es subjetivo.


Amena y didactica leccion.


Un abrazo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

El retrato por el retrato, prácticamente, como los bodegones del iniciado en la pintura,son ejercicios para el dominio de la técnica, y por eso no van más allá del aprendizaje, y dominio de instrumentos. Lo mismo pasa con el retrato fotográfico. Pero, cuando se domina ya la forma, y el ejercicio de estas disciplinas estéticas, entran en el contexto artístico (son capaces de decir, ir más allá de la denotación)asumen el rigor de aprehender, agarrar el alma del capturado físicamente, y hablar de su adentro.

En el retrato que comentas, hecho por Salazar, se perfila la denotación y la connotación: hay fondo para leer y significar, al proyectar la imagen de la mujer, metáfora de su imaginario creativo.
Grato estar en este espacio, que estimula al juicio y al pensamiento.
Un abrazo. Carlos

Antorelo dijo...

Hay retratos que nada dicen del personaje,en cambio, otros traspasan el rostro del retratado. Interesantísima entrada.
Un abrazo

Anne dijo...

Respecto a la primera parte de tu última entrada no puedo estar más de acuerdo contigo. Es increíble con qué fidelidad puedes hablar sobre ello.
Sin duda el arte remueve todo lo que llevamos por dentro.

Bonitas fotografías.

Un abrazo :)

BEATRIZ dijo...

Ilustre desarrollo Eva.

Hace unos días termine de leer una novela en donde la protagonísta era la sirvienta de un artista. "La muchacha del arete perlado" creo que sería la traducción literal al español.
Uno de los argumentos del pintor al retratar, era que la persona debía adoptar la postura física al mismo tiempo que vacíar sus pensamientos, y tratar de no pensar en nada para que él pudiese ver lo que había en su alma.
Por tanto, creo lo que dices, el retrato no es una mera copia física, es una interpretación.

De este modo voy tomando más importancia a los retratos.

Saludos querida Eva.

Unknown dijo...

!!Hola,Eva!!

No tengo palabras para decirte lo q he sentido al leerte.Maravilloso ,Eva.
Muchos besos.

Luis de Burg dijo...

gracias por darnos tantas lecciones de tantas cosas que no sabemos, y en lo personal no entendemos, existe mucho arte que no entiendo, y aunque me lo expliquen una y otra vez, sigo sin entender, quizás porque soy un hombre simple y ordinario, quizás el culpable no sea yo, quizás el culpable es el mundo donde me tocó vivir, pero de todos modos lo intento, adaptarme al nuevo digital me ha costado mucho, casi muero en el intento, pero como ya estoy superándolo, creo que luego de leer tu entrada, estoy dispuesto a volverlo a intentar hasta aprender a ver, con nuevos ojos el arte que tu ves y que logras comprender.... mil gracias por la nueva visita, es agradable verte entre mis viejas entradas y todo un honor para mi contar con tus palabras.... besos

Carmen Troncoso Baeza dijo...

La mirada del artista no desprovista de intención, creo que suma al retrato algo importante, estupenda esta entrada, esa es la idea re-tratar? vaya juego con las palabras no, en todo caso aplaudo de pie, porque de no ser por ti, creo que nunca me habría acercado tanto a la pintura y al arte estético en general, gracias amiga,

Manolo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manolo dijo...

Hola Eva.

Casualidades de la blogosfera hace solo unos días leía una entrada sobre el retrato de mi amigo Fede, otro personaje con la inaudita costumbre de pensar, dejo el enlace por si interesa - http://fedefabregas.wordpress.com/2012/07/03/el-retrato-como-instante-del-gesto-o-como-secuencia-resumida/ - el se centraba en otros conceptos pero con el mismo trasfondo.

El retrato en sus variantes se sustenta en una necesidad, creo que ostentosa (en el buen sentido), de mostrarnos a los demás, y que con el paso del tiempo el retrato mejora, todo lo que empeora el retratado. Cuentan la anécdota de que al entregar un retrato a una señora no quedando muy satisfecha, el retratista le comenta –no se preocupe dentro de unos años se parecerá más-, y es cierto los recuerdos se desfiguran llegando a ser totalmente coincidentes con esas imágenes inalterables plasmadas en las telas.

En la entrada de Fede comentaba, entre otras cosas cuando hablamos del retrato en genérico, no solemos olvidar del retratista, y lo que queda de él en retrato, esto se aprecia de forma magnífica por ejemplo en los muchos retratos de Amadeo Modigliani, pero pasa siempre y lo podemos ver claramente si estudiamos las diferencias de los retratos de reyes de Velázquez y Goya, absolutamente diferentes y los diferentes no eran los modelos, que solo variaban en la cara, todos reyes todopoderosos, lo más diferente es el enfoque que hacen del trabajo los retratistas, que aun siendo de épocas diferentes el objeto de la obra era inmortalizar al personaje en ausencia de la fotografía. Por esto digo que queda mucho del retratista en el retrato, en muchos casos más alma que del retratado.

Un placer, como siempre Eva.
Manolo

Belén Rodríguez dijo...

Eva, me ha resultado muy amena y en riquecedora tu aportación de hoy.
Es cierto que hay retratos que, aunque en apariencia son calcos del original, no transmiten nada ni te llegan dentro; en cambio hay otros que sin buscar la perfección en sus trazos cuando los miras te manifiestan multitud de sensaciones, desde el carácter de quien está representado hasta sus virtudes o defectos.
Algo parecido ocurre con las fotografías, que pueden ser sólo imágenes estáticas o casi un libro abierto.
Un abrazo.

Adriana Alba dijo...

Me encantó Eva.

Cuánto nos dicen los retratos...y explicado por vos aún más.

Gracias y besitos.

FJavier dijo...

“Mítico Malraux, epopeya de una vida observada desde el pasado, historia interior de una infancia reflejada en el retrato de El Fayum, mirada de una ausencia congelada. Qué otra cosa podría ser la pintura de un rostro para quien sufrió el suicidio de su padre.

Radioscopia matemática de la infinita precisión de las fuerzas, desde ese nivel donde la bioquímica toma el control de la decisión y su forma, inconsciencia emocional creativa. Malraux mira desde esa ausencia y el mundo es interpretado antes de querer ser explicado para, al hacerlo, reinterpretarse ya a sí mismo. Otro acto creativo sin duda, pero otro. De la misma manera, el pintor “dice” antes de coger el pincel para “querer decir”. La primera mirada engendra el diálogo de una emoción recíproca, la segunda es una torpe justificación, una copia imprecisa de sí misma. Más en el retrato que nos mira.

Apenas adivino al pintor elaborando un discurso para contar una emoción que ha mutado en ese intento. Por eso creo que los espacios sucumben tan perfectamente atrapados en la necesidad de ser fieles a sí mismos.”



Cedo al poder de tu seducción.

Felicidad Batista dijo...

Eva, el retrato como la buena poesía donde el verdadero poema se lee entre verso y verso, la gran novela donde la historia que cuenta comienza a partir del punto final o el mejor relato que alberga dos, el que narra y el que oculta, no refleja un rostro, una mirada, un gesto, una expresión, sino justo lo que está detrás del retratado, lo que no se ve pero se siente, se percibe, se capta.
La técnica, el estilo pictórico, la luz, las formas...se ponen al servicio de la creación artística y esa visión del retrato pasa por el tamiz del artista. Y como escribes en tu análisis no pinta la realidad sino su percepción de lo que ve.
Una delicatesen leer arte y escrito por ti.
Un abrazo

tetealca dijo...

Estoy deacuerdo el retrato es una interpretación del pintor y en esa interpretación creo que depende del estado emocional del artista.
Me gusta tu blog. Rezuma arte por los cuatro costados.
Un abrazo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Leí tu crítica en Una idea mucho arte y me pareció estupenda. Como siempre, logras explicar con claridad lo que uno percibe y quizás no logra definir.
La introducción sobre el concepto de retrato, otra pieza magistral para aclararnos las ideas.
Un abrazo

p.d
te agradezco que pasaras por el blog de mi papá (Cartas que no fueron enviadas)

Maite dijo...

Es cierto, Eva : lo invisible, el ánima, la búsqueda de esas caracteristicas intransferibles a otro ser, la esencia del retratado es lo que busca un pintor en cada trazo que añade a una estructura siempre igual( ojos, nariz, boca,etc) pero siempre distinta porque cada rostro es único,un universo irrepetible.
Un saludo afectuoso desde el tórrido verano de España.

Mista Vilteka dijo...

De alguna manera la ubicación del retratado en una forma similar pero no claramente definida a una ventana que bien puede confundirse con un marco más o con la parte consecutiva de un tríptico, por ejemplo, permite suponer, de alguna manera, que el objeto representado más allá de los límites conceptuales propios del retrato, que la mujer quien abraza el libro con tal apariencia nostálgica, abraza una analogía del retratado. Es así que la expresión del rostro puede estar fácilmente emparentado con el cuerpo que yace, su fragilidad y su posición. Parace ser él quien se ha agachado para mirar dentro de una casa diminuta, un ser diminuto.

¡Un abrazo!

F:

Rud dijo...

Estimada Eva
Mediante la observación, el niño aprecia las formas y siente el impulso de reproducirlas; creo que este tema es digno de un estudio profundo para una tesis.
Tus expresiones son exactas y nos muestras al detalle cómo el retrato no solo identifica al modelo, sino también al pintor.
Sé a lo que te refieres cuando dices: "Es la captura del misterio que anida en nuestra naturaleza …" Pinto mis pensamientos, las imágenes están en mi mente, las ideas van y vienen y forman un cuadro único.
Lo que escribes es intelectualmente estimulante, muchas gracias.
Un fuerte abrazo

Francisco Doña dijo...

Bastaría con dejarse penetrar por la mirada de ese romano-egipcio que aparece al principio de esta entrada, y agarrándose a ella llegar hasta su alma, para pensar lo que dices Eva... Pero tú tienes el conocimiento y, más aún, el don de saber expresar con palabras lo que a otros, como mucho, se nos queda en el pensamiento.
¡Menuda lección magistral! ¡Qué introducción sublime! Gracias, muchas gracias... Quiero seguir aprendiendo de ti.

Mari-Pi-R dijo...

En primer lugar gracias por pasarte por mi espacio.
Tienes un blog interesante lleno de arte.
Creo que el retrato lo difícil de el es sacar bien el parecido de la persona, pues puede estar muy bien hecho pero si no se parece al personaje no es un buen retrato.
Un abrazo

MAR dijo...

Eva al tener un Blog tan hermoso, mereces un y mil premios hermosos, por eso al recibir yo uno, he querido dártelo a ti.
pd
Esta al costadito de mi Blog.
Un abrazo grande.
mar

► JOTA ENE ◄ dijo...

ººº
Belissimas pinturas.

Besitos desde Lisboa !

soylauraO dijo...

Un retrato altamente estético.
Veo una casa de muñecas; de esas, cuyo juego, nunca comprendí. Veo el rostro de un hombre lejano, que verifica que la chica duerme.
Volviendo una y otra vez a la imagen, el impacto visual que me produce el contraste de color, es una sensación de analogía con la ceniza de un cigarrillo encendido, desgastándose sobre la mesa, cuyo fumador le permite consumirse hasta desaparecer en el aire.
Hay rastros indisimulables de nostalgia y un impedimento personal, tal vez por convicción, de cruzar el límite enmarcado. Ella está ahí, empequeñecida al otro lado. Mi primer impacto, respondió a la muerte de una hija (¡ válgame Dios, espero equivocarme !).

El pintor trazó una divisoria gestual en el rostro del protagonista, hombre de carácter fuerte; demarcando perfectamente dos estados de ánimo, hacia su izquierda, una actitud segura, clara, firme, activa; hacia su derecha, un dolor profundo, una impotencia insalvable, certeza en alguna sabiduría, acompañado por el paso nostálgico de los años, al que, también describe la disminución del cabello.
Abrazos Cala , y mi gratitud a su generosidad.
http://enfugayremolino.blogspot.com.ar

Ambrosía ignota dijo...

Hola Eva

Ha sido una maravillosa lectura. Ademas, encontré el momento exacto para estar. gracias por guiarnos.

Un abrazo.

Myriam dijo...

Es sorprendente la expresividad de Los retratos excavados en El Fayum... Especialmente estos ojos que elegiste, tiene una fuerza increíble.

Besos, Eva