apreciados visitantes (algunos fieles lectores)

jueves, 3 de mayo de 2012

De dioses a víctimas (¿Cual es la Madre del Cordero?, Ensayo por entrega)


Sala El Pozo, Cueva de Lascaux, Francia
ca. 17.000 a.C. - 15.000 a.C.

Los animales, los primeros dioses, se convirtieron en presas y víctimas. Los  interdictos o prohibiciones psíquicas “no matarás” y “no te contaminarás con el cadáver, generaron su propia transgresión dando paso a la Caza Primitiva, actividad en aquel entonces sagrada en tanto alzamiento de la prohibición y acceso al mundo de la Muerte. Así, la humanidad pasó de herbívora a carnívora mediante dos violaciones fundamentales: dar muerte y comerse al cadáver. Quienes asumieron esta práctica fueron enteramente humanos, pero  aún muy conscientes de la infracción que cometían. Y, precisamente, como se trataba de la violación del tabú, el acto de cazar se enmarcó dentro de unos límites y unas reglas rígidamente establecidas: los ritos de expiación.

El homo sapiens asesina a sus propios dioses y por ello se ve en la urgencia de purificarse. Las pinturas de las cavernas paleolíticas muestran al cazador, representándose a si mismo con rasgos animales -hombre pájaro, hombre bisonte, hombre ciervo- quizás busca en esta expiación reparar el vínculo con la animalidad perdida, quizás se considera un médium entre la Vida y la Muerte, quizás brinda homenaje a sus dioses caídos, quebrantados en sus propias manos. Quizás, como plantea Bataille, en el matar vivencia eroticamente a la muerte tal y como podrían atestiguarlo los falos erectos, comunes en las escenas de caza rupestres. O, quizás, el matar genera sensaciones de poder y dominación y, desde allí, apacigua la angustia frente a la propia muerte. La caza, antesala de la guerra, rompe el nexo animalidad / humanidad. El cazador es La Muerte para el animal y perpetra en el, lo que ella ejerce sobre lo humano. El cazador -tal y como su continuidad, el guerrero- se vincula con la muerte desde la muerte.

La Diosa Madre no es cazadora, se vincula con la Muerte a través de la Vida. 



Asociada a la actividad recolectora y posteriormente a la Agricultura, extrae de la tierra el alimento, comprende la sabiduría cíclica y transformadora de la naturaleza y conserva la ligazón animalidad/humanidad tanto en sus contenidos como en sus iconografías. Conciben lo humano como integrante armónico del mundo natural y animal. La serpiente -que cambia su piel y renace constantemente- aparece de manera permanente en las diversas imágenes que la representan siendo símbolo de la fecundidad, la metamorfosis y la regeneración.  De igual modo, el toro y los cuernos llamados “de consagración”, también se unen a esta divinidad femenina. La connotación fálica de la serpiente, del toro y los cuernos permite además unir lo masculino a esta deidad que, justamente busca, la unión solidaria en el Todo.



Diosa de las Serpientes
Creta, último asentamiento de la Diosa Madre


En el post anterior indagaba en la palabra Madre situada en la conocida frase (¿Cual es la Madre del Cordero?) que titula este Ensayo y que he ido publicando página a página. Ahora me pregunto...  ¿y el cordero?

El sacrificio de animales -como parte integrante de la religión- fue una costumbre arraigada en la Prehistoria y en la Antiguedad. En un principio y como aún se observa en las culturas primitivas, al sacrificar a un animal, la víctima es elevada a un sitial superior y su deceso revela en este acto sagrado el misterio de la Continuidad del Ser. Se experimenta el morir a través de la agonía de otro; los asistentes vivencian tal y como en el ascenso exasperado y exultante del deseo carnal, ese ir hacia la muerte. Cuando muere, se produce el estallido liberador y placentero y luego, el apaciguamiento y el descanso. El cordero tiene la particularidad de emitir estertores y gemidos muy semejantes al llanto desesperado de los infantes; seguramente dicha semejanza con lo humano lo convirtió en animal predilecto para la fiesta ritual del sacrificio, ofrenda para la Muerte.  El sacrificio del cordero y su significancia sagrada estaba tan inscrita en la mente colectiva de la humanidad tras siglos de prehistoria y civilización pagana, que el cristianismo y su iglesia lo homologaron a la figura de Cristo. Jesús es el Cordero de Dios.  Y ese Dios, su Padre que lo envía al sacrificio.




Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

Apocalipsis 4:12

23 comentarios:

LaCuarent dijo...

Esa analogía es certera. el cordero es humano y lo humano es carne enviada a morir para satisfacer a los Dioses que en el fondo solo buscan regar a la Madre con su sangre para que esta para sus frutos un círculo constante y perpetuo

Un placer como siempre venir a leerte
Besos

emejota dijo...

Querida nuestra sincronicidad es patente. Me encanta cómo estas exponiendo esta cuestión. Te cuento, a mi manera, mucho menos detallada, he escrito una página en el blog del Otoño, se llama "Piscolabis Divino"

emejota dijo...

Ahh y muchos besos.

S. Oró dijo...

Eva, narras y enganchas, me gusta seguirte y analizar con tranquilidad y perspectiva tus escritos,descubres cosas en ellos que quizás por las prisas de la vida, en otro momento no te has parado a reflexionar. Eres un encanto. Un beso desde Murcia.

Antorelo dijo...

Eva, un placer retomar el contacto. A partir de ahora, procuraré seguirte.
Muy interesante las reflexiones sobre el cordero.
Un abrazo

Ricardo Miñana dijo...

Hola Eva, interesantes reflexiones,
que tengas un ¡feliz dia de la madre!
y un buen fin de semana.
un abrazo.

El Gaucho Santillán dijo...

Que ameno e instructivo.

Muy interesante.


Un abrazo.

Katy dijo...

Un post completo y la reflexión que conlleva es al menos inquisitiva, interrogativa.
Lo explicas bellamente como sueles hacerlo, utilizando el idioma de la manera más hermosa posible. No solo cuenta lo que dices, sino cómo lo dices. Siempre releo tus escritos.
Bss y buen finde

Mercedes Vendramini dijo...

Asombroso tu escrito. Sos una erudita!
FELICITACIONES!!!

Mis cariños.

Nieves Martín dijo...

La relación del hombre con el animal siempre ha sido dificil quizás porque el hombre se cree superior a ellos y jugado a ser dios con ellos.
Nos creemos con poder para decirdir cuales merecen nuestra simpatia y quien merece la muerte y nuestra repulsión.

Puede que paguemos con ellos nuestro propio miedo porque sabemos que somos todos en definita seres vivos y mortales.

Un besote :)

Felicidad Batista dijo...

Eva, la madre generadora de esa vida que nace condenada a la muerte en un ciclo imparable se rodea de una amplia y variada iconografía que tú has analizado en estas más que interesantes entradas.
Curiosa esa doble dicotomía de la serpiente como símbolo femenino y masculino y con el pecado original en el cristianismo. La madre, esa fuente de la que emana fuerza, energía...vida y muerte en un mismo acto.
En esta entrada ya aparece la referencia al cordero en relación a la infancia, a la inocencia,al sacrificio de lo inmaculado como procedimiento de purificación desde la Prehistoria. Primeros balbuceos de lo que luego será "lo religioso" . El entramado moral que pondrá normas, reglas, conciencia...al ser humano. El proceso paulatino de configuración de las primeras prácticas intuitivas del sacrificio purificador antes de la codificación en parámetros morales y religioso.
Ya estoy esperando la continuación.
Abrazos, Eva

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Supongo que la idea del cordero víctima del sacrificio nos llega de la tradición judaica-mesopotámica surgidas de las antiguas tribus nómades cuya actividad principal era la pastoril. Desde antes de Abraham se ofrecía un cordero como acto de sacrificio, gesto que implica dar algo valioso esperando agradar al dios y ser escuchado en sus pedidos.
En otras civilizaciones -como en la maya, por ejemplo- los sacrificios a los dioses incluían víctimas humanas.

un tema muy interesante

Eva Magallanes dijo...

El sacrificar estuvo unido a lo sagrado desde mucho antes, desde ahí se traspasó a las estructuras básicas de las religiones. Pero entre lo Sagrado y lo Religioso existen muchas y profundas diferencias.

Ramon Bonachi dijo...

Un placer saborear tus letras , mi visita me sirvio para aprender de ti algo mas. un abrazo

mateosantamarta dijo...

Toda una lección estas tres entradas. Hemos perdido de vista tantas cosas! La Gran Diosa Madre, la grandiosa madre, la fuente de la vida -y por ello de la muerte-. Hoy, hablar de ésto parece hablar de magia: tan lejos hemos ido en nuestro afán por dominar el mundo que no terminamos de comprender que no ese el camino, que sólo lleva al desastre. Estamos escindidos de la vida auténtica y de la muerte natural. Estamos perdidos en la locura. Un abrazo, Eva.
Magnífico ensayo.

Adriana Alba dijo...

La madre de Krishna, la encarnación del Dios hindú, cuidó de él mientras era niño,adolescente y joven con todo el cariño de madre y la sumisión de la fe.

Creció Krishna y le llegó el momento de dejar su casa, su pueblo y a su madre para predicar, ayudar y redimir a su pueblo. Al despedirse, su madre le pidió una gracia:“Que siempre que cierre yo los ojos, te vea ".


Krishna le contestó: “Te concedo una gracia mejor: que siempre que abras los ojos, me veas”.

Carlos G. Vallés



Un inmenso abrazo dulce Eva!

FJavier dijo...

"Nada más natural que el placer. A él hago mi única concesión fascinado por tus palabras mientras buceo entre las ideas.

Nada más que la muerte, nada más que la vida. Y ofreciendo una, quizá la mejor, poder obtener el favor de los dioses ¿Podría ser de otra manera? Un sacrificio de dolor y muerte a cambio de cuanto pueda engendrar la vida: sol, agua, tierra...
Nada más natural que el miedo y nada más coherente que engendrar seres sobrenaturales para dar coartada a la obscura ignorancia.
Después, poco a poco, se destilará, a la manera de Descartes, un método para llegar a la luz sin tener que recurrir a ningún tipo de sacrificio de sangre. Esta, sin embargo, sigue presente en la mujer que alumbra y su intenso color a rojo tribal pareciera querer recordarnos todas aquellas historias de ritos ancestrales en los que se intercambiaban muerte por vida."



Siempre un placer visitarte y recibir tu visita.
Un cariño.

Pablo Fer Racines dijo...

Es intenso y profundo este nexo que ha inventado el hombre entre sus temores y sus anhelos de comprender el fin terrenal , parcería que existe una fina línea que separa la expresión sagrada/religiosa de nuestra propia condición de humanos expuestos a una realidad inevitable.

Te quiero mucho también .


Pablo.

El conocimiento es un amigo mortal dijo...

El progreso debe más a los vicios de los hombres que a sus virtudes...

Un beso, Eva.

La abuela frescotona dijo...

creo que el hombre mata por temor, también creo que las ofrendas y sacrificios son por temor, la incertidumbre de la vida y su fin aterran al ser, y lo máximo que tiene para ofrecer es la vida misma( la del llamado cordero, ofrenda, o quien sea pero vivo)
con los años va cambiando la visión que tengo de Dios, creo mas en una relación personal, no tanto en el marketing llamado religión.
saludos querida Eva

Luis de Burg dijo...

nunca pensé encontrar un tema como este en los blog, no sólo es interesante, también es inspirador, muchas gracias por regalarnos tu tiempo en explicarnos con palabras simples todo este enriedo de ritos y costumbres antiguas, estos temas me encantan aunque soy ignorante de mucho de lo que escribes, pero lo encuentro fascinante...

siempre creí que los dioses eran seres que les gustaba la sangre, desde niño cuando intentaba leer la biblia, me imaginaba a dios saborando la sangre del cordero que era sacrificado, lo veía como un ser oscuro que necesitaba de la muerte de un inocente para seguir vivo alimentandose de ellos, a pesar de que mi madre intentaba pintármelo como un ángel hermoso de noble corazón, yo lo seguía viendo cruel y despiadado cuando marchaba delante de su ejercito para combatir a los enemigos de su pueblo, y en vez de reconciliar a los pueblos lo empujaba a las guerras para saciar su apetito de sangre y sufrimiento, hoy este dios judio/cristiano puede pintarse de ser bueno, de odiar las guerras y los sacrificios, pero por muy bueno que se pinte, prefiero seguir siendo ateo

PACO HIDALGO dijo...

Yo estoy con Bataille: el matar, el asesinar genera un poder que sólo unos pocos pueden hacer. Y también pienso que el coito tiene mucho de esto, sobre todo desde el punto de vista masculino: es un acto de posesión, de poder, de asesinato. Me encantan tus entradas. Besos, Eva.

Ana dijo...

Hola Eva! Aquí estoy de nuevo, continuando la lectura de tu ensayo.
Y los animales seguirán siendo víctimas del hombre. Nunca pude entender esto de los sacrificios, de animales, de hombres, mujeres y niños, de las distintas culturas y civilizaciones, pasadas y presentes. Me acuerdo la impresión que me causó el hallazgo de las tres momias de Llullaillaco de los incas(ahora en el museo de Salta).
Por qué nos creemos con el poder de decidir la muerte del otro? Cuál es la madre de este borrego?

Besos!