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miércoles, 8 de febrero de 2012

Hicieron de la Muerte un Signo (Ensayo por entrega)


III


Ante el sonajero de la conciencia, la humanidad emite sus primeros gorjeos y balbuceos guturales. Comienza nuestro relato.





Así, conteniendo el pánico y la repulsión, enterraron al difunto: ocultar pero también proteger, salvaguardar el cuerpo yerto de ser carroña para los animales y salvaguardarse de la amenazante intoxicación que el muerto representa. No fue éste un acto de mero rechazo y menos aún de vil abandono;  por el contrario, a pesar de la aversión que la putrefacción de la carne provocó en ellos, a pesar de la virulencia infecciosa de la cual pretendieron escapar; se desató en sus conciencias recién nacidas, la intuición primordial del grandioso misterio que nos anima: que la Vida es consustancial a la Muerte como la Muerte a la Vida.  El acto de enterrar en definitiva responde, al instinto atávico de conservar aquel numen que se encarna descarnadamente en el cuerpo pútrido: lo sagrado; lo inasible, lo que nos habita sin que podamos esclarecidamente comprenderlo. Ante la Muerte, intensas y alternas energías se ponen en marcha: asco y rechazo así como fascinación y reverencia. Por ello, no sólo sepultaron el cuerpo muerto si no que marcaron el lugar para volver a él y venerarlo.  Hicieron de la Muerte un signo.  La honraron y crearon a su alrededor una vivencia sagrada. Lo sagrado de la Vida brota de  la Muerte y la cultura mortuoria y el arte funerario serán la seña originaria de nuestra presencia en la tierra. La acuciosidad  en su hacer y el refinamiento en sus resultados, la muestra más palpable de la Vida que nace de su propia Muerte.



Dejaremos de vivir y en eso consiste la Vida. La naturaleza de la Vida está signada por la naturaleza de la Muerte. Y he aquí la madre existencial del cordero. Y su paradoja; pues la comprensión de nuestra finitud física, el hecho innegable del propio fenecer configura el salto evolutivo imprescindible para constituirnos en la especie que somos. Es esta angustia primera, la que nos hará cabalmente humanos. Lo que llamamos “La Muerte,  lo sabemos, es básicamente, la conciencia que de ella tenemos y es ese darse cuenta, este despertar, el que desata nuestra travesía. Sepulto el cadáver y demarcado el sitio del enterramiento, hombre y mujer, arrojados definitivamente a sus humanas existencias, emprenden el nómade periplo del sobrevivir acompañados por el miedo primordial, que en aquel tiempo del origen, permitirá la conservación de la especie. "Cuando los sociobiólogos buscan una explicación al relevante papel que la evolución ha asignado a las emociones en el psiquismo humano, no dudan en destacar la preponderancia del corazón sobre la cabeza en los momentos realmente cruciales. Son las emociones -afirman-las que nos permiten afrontar situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas exclusivamente con el intelecto... En este sentido, nuestro bagaje emocional tiene un extraordinario valor de supervivencia y esta importancia se ve confirmada por el hecho de que las emociones han terminado integrándose en el sistema nervioso en forma de tendencias innatas y automáticas de nuestro corazón" (4)


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(4) Inteligencia Emocional, Daniel Goleman, Editorial Kairós, Colección Ensayo, Pág.8

39 comentarios:

Sombragris dijo...

Consciencia de Vida es Consciencia de Muerte sin duda...Siso...sigo enganchado a tu ensayo...y me gusta en la manera que lo conduces...un abrazo

Nieves Martín dijo...

Nada es igual cuando descubres dentro de ti, esa consiencia de que la muerte te espera y la vida fue puro asar.

Me encanto esta nueva entrada.

Besos :)

PACO HIDALGO dijo...

La vida tiene un fin: la muerte y la muerte es la no vida, con lo cual podemos entender que son dos líneas que, por narices, deben juntarse antes o después. Y sí, el entierro tiene algo de sagrado, pero ¿que?. ¿Hay más muerte? Abrazos.

Felicidad Batista dijo...

Eva, me gusta la profundidad del ensayo, el confrontar la vida y la muerte, tan dispares y, al mismo tiempo, comienzan y terminan la una en la otra y el sesgo emocional con el que finalizas el artículo
Es muy interesante la reflexión acerca del culto a la muerte. Los ritos funerarios que se dan a lo largo de toda la historia, en religiones distintas, en lugares diferentes. Esa necesidad que experimenta el ser humano de seguir unido, de una manera o de otra, a quienes ya no están. Es una forma, quizá, de atreverse a vivir su propia muerte con la conciencia plena.
Excelente trabajo, Eva
Abrazos

emejota dijo...

Ahora me fijo que has colocado el Tao Te King en el margen. Mi libro favorito, ohhhhh que bien.
No me acuerdo cual es la tribu india en la que los mayores al sentirse inútiles se retiran voluntariamente de la sociedad a morir en las cuevas de las montañas. Parecerá cruel, pero lo admiro. Bs.

Gino Ginoris dijo...

Acá se llega a beber de la fuente.
"Dejaremos de vivir y en eso consiste la Vida"
Te sigo, siempre.
Gino.

Acido Obscuro dijo...

Es una Intensa y asombrosa transición de la vida a la muerte, como algo tan natural, se vuelve algo tan sorprendente

L. dijo...

Yo creo que aceptar la muerte y no temerla te hace tener una conciencia y consciencia mucho mas objetiva de la vida.
Vivir sin miedo a la muerte es una forma de sobrevivir a la vida.

Gracias por compartir

Besos

U-topia dijo...

Interesante la relación inevitable entre vida y muerte, una no se entiende sin la otra...

Y la idea de que son las emociones las que dominan al intelecto en momentos de decisiones claves, por ejemplo en momentos en que se juega la supervivencia.

Muy interesante, da para pensar...

Un abrazo!!

S. Oró dijo...

Me gustan tus pensamientos, bien escritos y expresados. La vida termina donde comienza la muerte y viceversa, yo a veces me pregunto, ¿para qué vivir si tienes que morir?, una vida llena de problemas, de sufrimiento, de desencanto, ver marchar a tus seres queridos, que no volveran, guerras, ...............tomemos la vida como un tránsito a la muerte, no nos preparan para recibirla. Besos.

Ambrosía ignota dijo...

Hola Eva

Este escrito ha sido una agradable sorpesa, siempre es así, pero cada vez mejor. También considero, que las vidas pueden tejer ciertas piruetas antes de descender o trascender, pero sobre todo llenarse de si mismas, para entregarse a las demás.

Creo que volveré dos páginas atrás, para tomar bien la secuencia.

siempre admirador de tu oficio.
un abrazo querida amiga.

La abuela frescotona dijo...

creo que la muerte es la mayor de las emociones, pues ella domina a la razón en el miedo a su presencia y a la ambigüedad de supone su futuro...
saludos querida Eva

El Gaucho Santillán dijo...

La vida y la muerte estàn indisolublemente unidas.

No existen sin la otra.

Buen ensayo, amiga.

Un abrazo.

Aristos Veyrud dijo...

"La vida es una muerte por llegar, la muerte es una vida por vivir" Borges.
Minuciosa caracterización genealógica de la muerte, la vida y su ligazón cultural desde el rito funerario, donde el sentimiento centrado en el corazón se privilegia ante la mente como vínculo real a la vida y superación a los enigmas del cadáver, ¿duelo?
Te sigo en esta interesante reflexión querida Eva!!!

LaCuarent dijo...

Me gusta la gente que habla de la muerte sin tapujos sin esos miedos atávicos, religiosos y ancestrales. Todos tenemos fecha de caducidad y esa caducidad es la que hace más interesante la vida porque, ¿te imaginas vivir eternamente?
Me gusta esa perspectiva emocional que le da el ensayo.

Un besote cielo

Abela dijo...

La exposición es perfecta, yo creo que el culto a la muerte es una manera de intentar la inmortalidad...enterramos el cuerpo, pero mediante los ritos inherentes, conseguimos que la esencia del ser que enterramos perdure en nuestra memoria y en la de los demás. Un afectuoso abrzo.

Ángel-Isidro dijo...

Hola Eva, Vivamos la vida cada uno como la conciba, y alegría" que la
vida son cuatro días, luego cada
cual lleva su muerte diaria aunque
no se de cuenta.
Un Cálido abrazo
Ángeel-Isidro.

http://elblogdeunpoeta.blogspot.com/

Mª Carmen dijo...

Hola me gusta tu blog.Un placer pasar por aquí. Te sigo.Saludos.

Segundo Sánchez dijo...

Me parece de mucha altura tu entrada, reflexionar sobre la vida y la muerte, y la veneración y rechazo que sentimos hacia ella, una ambivalencia con la que vivimos.
Me ha gustado la cita final, creo que al final le damos más importancia a las emociones que al razonamiento.
Un saludo.

ѕocιaѕ dijo...

Hay tantas cosas que están en la naturaleza, el ciclo vital. Y aún así nos acostumbramos tanto a su existencia que cuando tienen que marcharse es algo que incluso vemos imperdonable, inaceptable.

Sabemos que pasará, pero esperamos tanto alargar esos momentos hasta un último respiro, incluso el último que podamos dar antes de ver partir a alguien más.
Todo inicio tendrá una despedida, y ésta a su vez, traerá un nuevo comienzo, tan irónica pero sencilla que es la vida.

Saludos Eva, que bueno leerte de nuevo.

María dijo...

La vida consiste en vivirla, como la muerte en dejar de vivirla, debemos aceptar la muerte como parte de la vida.

Interesante entrada.

Un beso.

mateosantamarta dijo...

Creo que la vida y la muerte son tan reales y tan complementarias como el día y la noche. CONVENCIDO DE QUE LAS DOS SON IGUAL DE REALES E IMPORTANTES. Creo que saber morir es tan importante como saber vivir y que posiblemente, de algún modo, la vida es el camino a la muerte y la muerte el camino a la vida1 Un abrazo. Me llevo los tres fragmentos a face para que se puedan leer continuos y ordenados.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Eva:

Cuando nuestros antecesores en la cadena evolutiva se sintieron afectados por la muerte de un semejante, se convirtieron es seres humanos con sentimientos y emociones... Eso hizo la diferencia.

Interesante tu ensayo, gracias.

Abrazos

Adriana Alba dijo...

Algún día dejaremos de vivir, es un hecho, de ahí reside la introspección y el acercamiento a nuestra esencia sagrada, esa que ni siquiera la muerte puede robar...

Kahlil Gibrán ha escrito sobre ello:

"Nacisteis juntos y juntos estaréis por siempre. Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días. Oh, sí, estaréis juntos incluso en el silencioso recuerdo de Dios"


Besitos dulce Eva.

FJavier dijo...

Parece cada vez más evidente que en la evolución filogenética la información circula en ambos sentidos, y no solo la emocional. Así, muchos cambios genéticos responderían, pues, no a un proceso de mutación y supervivencia contingentes, sino a la capacidad innata para establecer un diálogo con el medio cuyo fin sería la adaptación a los cambiantes ecosistemas. Sobrevivir, en suma, mediante un diálogo que va más allá de lo evidente y que traspasa las aparentes fronteras entre las esencias del tiempo y de la vida. Así, se me antoja la existencia de una verosímil estructura de relación capaz de integrar el diálogo de todo el universo para, más que sobrevivir en él, construirlo. Nada novedoso si rescatamos la frase de C. Sagan en la que nos recuerda que los átomos de nuestros cuerpos se formaron en las estrellas. Es aquí donde puedo atisbar levemente un presentimiento sobre el verdadero significado de la muerte.

También todo mi cariño.

anuar bolaños dijo...

Me encantó VERBO DES NUDO.

Felicitaciones

soylauraO dijo...

El impacto pertenece a los sentidos, es el pensar del cuerpo quien decide in intervención de la mentse, luego pensaron en el entierro e intervino la mente. Primero, vomitaron detrás del árbol.
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Katy dijo...

Es curioso comprobar que la única verdad que sabemos es que desde que nacemos vamos camino de la muerte y no lo aceptamos. Vivos de espalda a ella. Antiguamente estaba incorporada a nuestro día a día. Era algo natural, hoy se escopnde. Siempte mueren los demás.
Inresante reflexión en el abordas razón y sentimiento.
Bss y buena semana querida Eva

Marilyn Recio dijo...

Muy interesante y pofunda reflexion, la vida y la muerte.
Que bueno seria aceptar la muerte como parte de la vida. Normalmente no se piensa en la muerte durante la juventud solo se piensa en ella cuando se esta en la recta final.

Perlita dijo...

Preciosa presentación de blog. Enhorabuena. Lo único, que no se ve bien el lugar de comentarios por el color de base.
El ensayo...¿qué decir? A ver si la muerta tarda en visitar mi casa.
Saludos, Carmen.

Tesa Medina dijo...

Sigo con mucho interés este ensayo por entregas, Eva.

Y lo único que tengo claro es que ahí estaré cuando la muerte llegue, pero que mientras voy a intentar por todos los medios a mi alcance vivir con intensidad y emoción.

Y hablando de emociones, ley los dos libros de Goleman sobre inteligencia emocional y descubrí que de ésa al menos tengo un montón.

Estoy de acuerdo en que manejar y potenciar nuestras emociones nos da muchas alternativas para adaptarnos a lo que nos ocurra.


Te sigo, Eva, un beso.

Jane Sorgetz dijo...

Gosto muito do teu blog e do que tu escreves, tem muita sensibilidade !!!
Já assinei a tua newsletter para manter sempre contato... Abraços Jane

María dijo...

No tienes nada nuevo, pero me quedo viendo otras entradas.

Un beso, Eva.

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Estimada Eva:

Me he quedado meditando mucho después de leer este fantástico e impresionante ensayo que nos regalas. Es muy interesante el hecho de imaginarse cómo podría haber reaccionado el Ser humano ante la muerte y los cambios que en él se podrían haber operado ante un hecho tan desconocido y tan brutal. Quizás nuestros antepasados vieron cantidades de cadáveres pero al tomar conciencia de la Muerte, todo cambia para ellos, como bien tú lo citas aquí.
Ya te he resaltado antes el hecho del manejo del idioma, y en este ensayo, vuelves a dar una muestra estupenda de ello.
Felicitaciones Eva y recibe mi abrazo.

maria candel dijo...

La conciencia de la muerte es lo que nos hace humanos, ninguna otra especie la tiene, eso nos condiciona para bien y para mal, en esa dualidad que al ser humano le ha tocado vivir.
Eva, siempre encuentro en tus páginas brillantes reflexiones. Te envío un fuerte abrazo, querida.

Idella Esteve dijo...

Interesante Blog, Eva.
Aunque yo me dedico más a la poesía me gustan muchos las artes plásticas y me interesa mucho el ensayo. Te enlazaré y te seguiré desde ahora.

Un saludo.

apm dijo...

Eva, como siempre, una entrada genial, metódica, reflexiva, profunda... !y qué se puede decir sino chapeau!, así es, yo -también como vos-, provenimos de una cultura que rinde culto a la muerte, a los recuerdos y respeto por los que se fueron, a los cementerios, a recordarlos con monumentos funerarios, y a no hablar con el intelecto de ella (muerte) mientras estamos vivos... es algo que llegará, pero nada más, luego, cuando llega -porque finalmente siempre llega-, actuamos siempre con el corazón y no con el intelecto: es nuestra cultura, para bien o para mal, nuestra inteligencia emocional está invuida por ella.
Me ha encantao esta entrada: buenísima Eva.

Mil besitos gordotes

El Drac dijo...

¡Vaya! y yo tenía la idea de que empezaron a enterrar a sus muertos con la idea de que puedan germinar bajo tierra como lo hace la semilla; luego al avanzar las culturas empezaron a embalsamar pensando seguramente que eran las vísceras portadoras de algo que corrompía al fallecido y no lo dejaba resucitar a la posteridad.

Muy interesante este post; nunca es tarde para aprender querida Eva.

Un gran abrazo

Ana dijo...

Nuestros átomos formados en las estrellas, nuestro bagaje de emociones. Cuando lo pienso no puedo dejar de maravillarme.

Besos!