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viernes, 1 de octubre de 2010

La bolsa Y la vida... De Evas y Carteras


Tras haber sido expulsada del edén, tomó su cartera, echó unas cuantas manzanas y se largó. Quizás se le quedó la hoja de parra pero la cartera no. Y probablemente en ese instante miró a la serpiente, deshollada se la imaginó y fraguó la idea de un nuevo modelo con su pellejo provocador. Difícil concebir que esta Eva anduviese por la existencia sin este adminículo femenino por antonomasia,  aunque fuese para echar hojas y guijarros cono hacen las niñas/os, aún más a la hora de salir del que era su hogar ,para ganarse el pan con el sudor de su frente. 

La innata condición "faber" - fabricante, hacedor de cosas - de la especie humana, prontamente creó un mundo de objetos que aunaron lo utilitario con lo ornamental buscando que diseño y función se aliaran en su beneficio, satisfaciendo así necesidades de toda índole. La construcción de civilización y cultura si bien se enraiza en paradigmas inmateriales, evidentemente se sustenta y encarna en productos concretos. Cabe conjeturar que ya en los orígenes nómades contar con "algo" que permitiese trasladar lo recolectado, transformó a ese bolso o alforja o cartera primigenia en un artículo de primera necesidad que, a partir de ese momento, nos acompañó en la construcción de nuestra historia y del cual, la mujer se fue apropiando, hasta hacerlo parte de su más íntima y cotidiana identidad. Evidentemente su funcionalidad explica este apego, sin embargo éste trasciende con creces el mero uso que de ella hacemos. Baste ver -si es que te lo permite- que lleva una mujer en su cartera, para acceder a un conocimiento que excede lo pragmático y lo doméstico. Nuestro género se expresa allí en todas sus diversas gamas, en lo que nos asemeja y en lo que nos diferencia. Las carteras de las Evas son tan disímiles, variadas y versátiles como nuestros cuerpos, rostros y temperamentos. Como nuestra crianza, nuestro suelo natal, nuestras creencias, nuestra raigambre social y económica. Las hay para distintas ocasiones, artesanales o industrializadas, de innumerables tamaños, formatos y materiales, y siempre tenemos alguna que es la regalona aunque no sea ni la más nueva ni la más linda ni la más fina. Se puede tener una por un poco más de lo que vale un kilo de pan y existen otras que cuestan más que el sueldo de la mayoría.

Para descubrirnos en virtudes y pecados nada mejor que hurgar en nuestras carteras, por ello que otras manos la revisen es un ultraje y, aunque tengamos el debido permiso, que las nuestras irrumpan en dicho espacio privado, siempre provoca una extraña y agitada sensación. Es una tragedia que nos "cartereen", lo que en Chile, en el lenguaje del hampa significa robar carteras o elementos guardados en ella sin que la dueña se percate; experiencia ésta última aún más traumática que el vernos despojadas explícita, radical y definitivamente de ella. Eso de constatar más tarde que nos han violado sin que ni nos diéramos cuenta  es altamente perturbador. La amenaza de "la bolsa o la vida" viene a ser una absoluta contradicción en tanto vivir sin bolso es un despropósito imposible y vida y cartera parecen homologarse en el inconsciente colectivo femenino cual arraigada categoría ontológica. Es: la bolsa Y la vida o  inconcebible la vida sin bolsa. 

Prototipos de caracteres y costumbres pueden inferirse según el conjunto de cosas que se albergan en una cartera, la cantidad de las mismas, la presencia de lo innecesario y/o lo imprescindible, la organización o el desorden que en ella reinen. En mi caso particular, cada cierto rato siento la irrefrenable necesidad de ordenarla y limpiarla, suelo acumular papeles, desde boletas a las cuales no daré ninguna utilidad hasta documentos importantes. Ella es el primer lugar al que recurro si se trata de encontrar algo perdido y el sitio más seguro para guardar algo importante. Cuando mi mente se ensucia y se atiborra, el ritual de asear mi cartera pareciera me ayudase para reencontrar el centro. 

Desde su exilio del paraíso hasta la fecha, Eva con su cartera a cuestas,  ha recorrido muchos caminos, ha sufrido fuertes dolores, abusos y pérdidas, ha parido seres que perpetuan la especie, ha sido quemada en hogueras, discriminada y ninguneada,  se ha transformado y ha provocado enormes transformaciones, ha luchado, se ha empoderado e independizado y  así, hoy por hoy, ya no sólo es dueña de su bolsa personal si no también maneja carteras de clientes, carteras de proyectos y carteras ministeriales.
Nuestra cartera siempre tiene una doble faz, una dual significancia que la define: es un contenedor a la vez que también es lo que contiene. Cuando decimos "mi cartera" señalamos no sólo su aspecto físico, lo que ella es independiente de nosotras, también nos indicamos a nosotras mismas en tanto somos las pertenencias que ahí guardamos, desde lo que cada cual considera indispensable para el día a día, hasta fetiches de nuestro mundo emocional, nuestras vivencias y afectos. Quizás esta naturaleza contenedor-contenido, reminiscencia uterina de nuestra psique, explique la honda ligazón que tenemos con este objeto.

41 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Excelente escrito, Eva!!

Creo que los bolsos femeninos tienen un poquito de alma.

Un abrazo.

LaCuarent dijo...

Cuanta realidad en tus palabras yo si pierdo la cartera o me robaran el bolso me moriria, porque en ella llevo de todo incluso parte de mi vida
Un beso

U-topia dijo...

Eva, como me identifico con lo que dices. Mis bolsos son simepre grandes, al igual que las carteras. Siempre llevo muchas cosas (desde luego siempre un libro por si acaso tengo tiempo), razón por la que mi espalda sufre.
El otro día me contaba mi amiga de la adolescencia, que cuando le robaron la cartera, lloró porque en ella iban dos poemitas escritos en trozos de papel que le había escrito en nuestra juventud (escribí malos poemas hasta los 24 años.... hace muchos, muchos años). Que cuando se percató de su pérdida lloró.
Yo jamás hubiera pensado que mi amiga llevaba, después de tantos años, aquellos poemas en su cartera.

Preciosa y acertada entrada.

Un abrazo.

Nela dijo...

Estoy encantada,de haberte descubierto. Espero volver, con tu permiso.
Besos
Nela

caly dijo...

Como bien reza el título "La bolsa y la vida" hay que cargarla con las buenas experiencias, las pequeñas cosas que nos hacen felices, los buenas personas. Si la cargamos con todo, se hace muy pesada y en las cuestas arriba, puede llegar a doblarnos.
Bellísimo escrito Eva. Siempre es un gusto leerte. Que pases un lindo fin de semana!!

El Gaucho Santillán dijo...

Una fotografìa de la idiosincracia femenina.

La cartera es inviolable, pienso yo.

Un abrazo.

Adriana Alba dijo...

Increíble, lo que llevamos a "cuestas".
Nuestra cartera habla de nuestra esencia, es como una caja de pandora...allí encontramos de todo, nos encontramos a "nosotras mismas".

Creativo relato, lleno de mensajes ocultos, como esos papelitos con números telefónicos que guardamos en el bolsillo más pequeño.

Abrazos Eva!!!

Reina dijo...

Me encantó eso de olvidarse la hoja de parra pero la cartera no... jaja
Yo también hubiera convertido a la deshollada serpiente en un nuevo modelito... jaja
Muy buen post... haciendo honor a tu nombre...
Yo ando por la casa con cartera... jaja
Un beso

Fernanda Hoffman dijo...

Muy acertado amiga, en mi cartera no llevo muchas cosas, no se si significara algo eso..solo llevo lo necesario, ahora me compre una de cuero negro tipo morral que te moris jaja

Beso grande =)

Gladys dijo...

Hola querida Eva me parecio muy dibertido tu escrito de hoy y muy
interesante te cuento yo siempre me olvido de la cartera en el auto llego y me vajo sin ella despues cuando nesecito algo salgo en busca de ella preguntando si alguien la vio casi siempre es mi hermano el que sabe de ella jajaja
yo soy más despista que la serpiente, pero eso si nunca la he
perdido realmente siempre la encuentro,me gusto mucho tu escrito
querida Eva es muy divertido.
Un gran abrazo gracias por pasar por mi espacio.

Maite dijo...

Es un texto extraordinario y con mucha razón.

Me admira los textos que haces tan largos y bien expresados.

Un abrazo

Maite

Princesa115 dijo...

Maravilloso escrito Eva!!!. Es una realidad. Yo siempre uso bolsos muy grandes y muy cargados, aunque hace poco comencé a quitar cosillas ya que mi espalda estaba padeciendo el peso de mi bolso
Y reconozco que por las cosas que en ellos guardamos podríamos conocer a una persona.

Besos y sonrisas

Tatiana Aguilera dijo...

Si mi cartera hablara Eva, los secretos que saldrían a la luz. Como bien dices, siempre hay una cartera mimada, añosa, un tanto ajada, pero que la muy bandida conserva recuerdos y gestos vividos...Ella ha presenciado cambios en mi vida, ha llorado conmigo y me ha acompañado en escapadas sentimentales...Guardo en ella los objetos más curiosos, desde lápices labiales, potes de pintura, libretas donde siempre escribo algún verso que surge mientras espero en alguna consulta médica, varios lápices, algunas golosinas para el menor de mis hijos, un cepillo, infinidad de detalles pequeños que gusto conservar, documentos, etc. Como buena amiga calla, y se limita a estar siempre a mi lado, me entrega todo lo que necesito, y me guiña un ojo cuando la tomo de sus guedejas...
Un beso Eva, me encantó el relato.

Anónimo dijo...

Eva, me permites maravillarme con tu escritos y ese es el mas bello de los regalos.
Que tengas un lindo día.

◊ dissident ◊ dijo...

Me hiciste sonreir, Eva entre las Evas. Y también recordé una frase de una vieja novia que decía: "En los bolsillos de los abrigos y en los bolsos de las mujeres no se escarba". Ahora, mi hijo de 6 años, algunas veces rebusca en el bolso de su madre, caótico como la mayoría de los bolsos, y siempre le digo aquella frase.

Un saludo, sin hoja de parra pero con bolso.

MAJECARMU dijo...

Hemos sido Eva,saliendo del paraiso e inventando y recomponiendo sus prendas de piel y su bolso de recuerdos y expectativas...Siempre consigues que,toquemos la raíz primigenia para no olvidarnos nunca de dónde venimos y lo que nos ha costado conseguir lo que somos...Y eso que somos, va guardado en nuestro bolso:fotos,agenda,llaves,identidades y pañuelos,que cuidan nuestras limitaciones y protegen la "autoestima",que tanto nos ha costado enmarcar en el alma,amiga.
Te felicito por profundizar en el "bolso interior" y te dejo mi abrazo inmenso.
M.Jésús

Unknown dijo...

¡Totalmente de acuerdo!.No sé ir, sin mi bolso, ni a la vuelta de la esquina.
He pasado un buen rato leyendo este artículo tán femenino.
Gracias,Eva.¡Hasta la próxima!.

China Toon dijo...

Eva: Qué buena descripción de nuestra relación con la cartera. Es la intimidad de una la que va con ella. Recuerdo que antes no las usaba por nada. Me sentía como en mis épocas de niñita , cuando las tenía por montones y cada cual más infantil. Pero, no sé exactamente qué pasó, supongo que cuando empecé a trabajar sentí al necesidad de llevar mis cosas en algo y empecé a aficionarme a ellas. Su practicidad y su belleza, me fueron cautivando. Ahora tengo unos cuantos ejemplares,nunca los suficientes (Oh,la eterna queja!)y porsupuesto, mi favorito de la temporada, el bolso engreído es y siempre será áquel que me permita llevar el libro elegido para leer en la semana. De un lindo color, por favor.
Excelente post. Una vez más, me declaro tu rendida admiradora.
Lindo fin de semana!

Katy dijo...

"Nuestra cartera siempre tiene una doble faz, una dual significancia que la define: es un contenedor a la vez que también es lo que contiene".
Genial Eva sobre "Eva". Aunque yo no soy nada prototipo de la mujer bolso.
Voy con mochila sinónimo de bolso, eso si con la casa a cuestas. Genial tu post que casi es mejor en cuanto que analizas la psique de la mujer con todo lujo de detalles.
¿Te digo otra vez que escribiendo eres única? y sin escribir también!!!
Pués si te lo digo:)
Un beso

DIÁDOCO dijo...

Gracias por todo lo que ha significado tu atención por mis momentos bajos.gracias por recordarnos todas nuestras raíces y nuestra historia. Nos falta ánimo y voluntad para mantener todo lo bueno que tenemos.Hagamos viva esa vida que se presenta con nuevas que habrá que vivir todos los globalizados.Que nuestro clima sea poético y de gracia. Un abrazo

mária dijo...

Por supuesto que lo que llevas en el bolso y como lo llevas te define. Cuando alguien que va conduciendo, por ejemplo, te pide que le pases algo del bolso, es como que metes la mano sin querer mirar más y pidiendo perdón.
Hoy en el tren me quedé impresionada con una mujer, que se definió así misma sacando del bolso un costurerito y poniéndose a coserle un botón a su chaqueta, luego sacó unas tijeritas y se puso a cortarle hilitos a la misma. Luego parece que se quedó a gusto, inpecable, perfecta y se cambió de asiento para continuar el viaje, que duró no más de diez minutos.
Mi bolso es como yo, casi nunca encuentro lo que busco y empiezo a desparramar todo hasta que aparece...o no.
Besos.

Rosalía Navarro dijo...

El bolso de una mujer es su mundo, su otro yo.
Besos Eva.

DEMOFILA dijo...

Muy buena entrada y original, verdaderamente creo que a las mujeres se nos conoce por las cosas que podemos llevar en el bolso, llevamos de todo, así tenemos el hombro, nos quejamos de que nos duele pero no quitamos nada de él.
Cuando nos ponemos a ordenarlo, quitamos cuatro papeles y nada más, al final necesitamos todo lo que llevamos, es la insignia de las mujeres, por eso Eva no se lo deje en el Eden.
Un abrazo de una amiga bloguera de Marbella.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Así que había resultado ser Eva -tu tocaya- la primera responsable del "bello hacer"...diseño+practicidad+belleza...mágica y revolucionaria fórmula que quizás aquella primera abuela humana elucubrara luego de aquella mudanza forzosa a la que fuera sometida.
Seguro que deseó hacerse una linda carterita con la piel de esa serpiente insidiosa! ...no era para menos!


un abrazo! :D

FJavier dijo...

Para los hombres como yo, admirada Eva, el bolso femenino es un objeto con personalidad propia, tentador y contenedor de tentaciones, que con su aparente arrogancia suele sembrar dudas de banal infidelidad, por aquello de que tal objeto siempre compite con el brazo masculino a la hora de sustentar la compañía de la dama. En este caso, además y sobre todo, ha sido el pretexto por el que he descubierto la brillantez de su lenguaje y la elegancia de su estilo. Un placer.

emejota dijo...

Mientras te iba leyendo tu magnifica exposicion, se me iba antojando la imagen de una matriz, del utero. Finalmente has acabado el post con esta imagen. Un abrazo.

pelicanopitekus dijo...

Como arma de defensa la cartera sigue vigente.Si lo sabrá alguno que otro pelafustán atacado a cien carterazos por minuto por alguna indefensa fémina.Y que decir de la mitica leyenda de la "loca de la cartera",un clásico del pop-people.
Besos,y cuide su cartera.

Javier Muñiz dijo...

Hola Eva,muy buen escrito, muy bello, gracias por compartirlo, un placer leerte,pasa buen domingo, gracias, besos.

Marisa dijo...

Sorprendente la metáfora de la cartera,has desnudado el interior de cada uno en los apartados de su cartera. Verdadero pavor me dan los carteristas, por eso guardo mi "cartera" en mi corazón, un lugar seguro para amantes de lo ajeno, y un espacio al que invito a comer una manzana a serpientes y Adanes elegidos, preferidos o asumidos.

La imagen con la que comienzas este relato, la huida de Eva del Paraíso, me ha parecido magistral. Quien la expulsó, no se pudo quedar con su "cartera".

Una delicia leerte, Eva.
Un beso.

Esmeralda Torres dijo...

Mi bolso está cargado de miles de cosas que nunca necesito y no logro poner nunca en orden...por lo que veo no soy la única ;) Un bolso será siempre un misterio...
Saludos Eva ;)

Prunus dijo...

Hola Eva :

Me ha encantado tu entrada de hoy . Es maravillosa .

¿Sabes ? Hace un par de meses me robaron en el metro . En la comisaria , tuve que facilitar una descripcion detallada de mi Bolso y todo su contenido ... creo que jamas he dado una descripcion tan detallada de mi misma a nadie ni recibido una mirada tan ojiplatica de un señor barbudo y con bigote que se esforzaba inutilmente por entender porque cargaba yo con aquellas cosas ....

No aparecio nada , por supuesto , pero yo estoy considerando seriamente la posibilidad de hacer enmarcar la denuncia , y ponerla en la pared , a modo de retrato personal .

Se buena , besitos .

Un par de neuronas... dijo...

Muy interesante, la verdad. Una repasada a las carteras propias y ajenas...

Confieso: estuche con bolis y cinco memorias USBs, un destornillador, possits, agenda de teléfonos, agenda de notas, monedero, llaves, pañuelos de papel y chicles de mastija.

Poca cosa y un bolso enorme.

Besitos.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Eva:

Decía mi abuelo:

"A la mujer que le da
por salir sin su cartera
lo de mujer no le va,
es como si no lo fuera"

Ahora, leyendo tu entrada, comprendo aquellas palabras...

¡Cuánto de razón tenían!

Abrazos.

PACO HIDALGO dijo...

La bolsa forma parte de la vida y en las parábolas están contenidas estas enseñanzas. En nuestras bolsas están lo más íntimo de nosotros. Me gustan mucho tus reflexiones. Un fuerte abrazo.

DEMOFILA dijo...

Hola, querida amiga, gracías por visitarme tan rapidamente, me ha dado una granalegría verte en mi blog.
Efectivamente cuando tienes un amor no correspondodp es como tener la muerte en vida, es como vivir la experiencia de la muerte, pero es como vivir una experiencia que te da fuerzas en la vida para continuar luchando para encontrar otro amor.
Te gradezco el bonito comentario que me has dejado, y tu bonitas palabras.
Besos, hasta pronto.

Almenara dijo...

Quede maravillada en tu post, buena tecnica y exelentes palabras. Gracias por tu comentario en mi post. Es dificil no entender porque sin saber nos enamoramos de quien no sabra valorarnos.

Mabymoll dijo...

Muy buen post!
No sè què serìa de mì sin mi cartera jeje... es màs, no sè còmo viven los hombres sin una para ellos.
Yo sin cartera me siento perdida, es como que una parte de mì se quedò en otro lugar... y tengo todo adentro, cosmèticos, tijera, hilos, ganchitos, lapices, espejos, libreta, celular, alcohol (quirùrgico), aros, toallitas hùmedas, dulces, chocolates, portadocumentos, llaveros, calculadora...
Querida Eva, mil gracias por tu visita, opino como tù en relaciòn al post.
Cariños.

Arte Marga Grigera dijo...

mi cartera soy yo. me robaron la cartera. salimos corriendo a atrapar al ladrón. yo le abría la puerta a un hombre que acababa de subir a un auto y mi hija le gritaba al que subió al bus y era el que se la llevó... y mi hija anuló la tarjeta y el celular y volvimos a la mesa donde almorzábamos... y me llevó al cajero y me dio dinero para viajar y ese día que me robaron la cartera sentí que mi hija era la madre y yo la hija........ y me faltaba una parte mía... sin cartera... por un rato sentía que me arrancaban las llaves y la agendita y lo que son las cosas.. solamente cosas donde nos vamos pegando ....

Teresa dijo...

Me quedo con.

Desde su exilio del paraíso hasta la fecha, Eva con su cartera a cuestas, ha recorrido muchos caminos, ha sufrido fuertes dolores, abusos y pérdidas, ha parido seres que perpetuan la especie, ha sido quemada en hogueras, discriminada y ninguneada, se ha transformado y ha provocado enormes transformaciones, ha luchado, se ha empoderado e independizado y así, hoy por hoy, ya no sólo es dueña de su bolsa personal si no también maneja carteras de clientes, carteras de proyectos y carteras ministeriales.

En el progreso de la cartera pero mas la de Eva...

Besos llenos de ternura.

Aristos Veyrud dijo...

Se ve que tocaste las fibras intimas femeninas ya que las mujeres que comentan lo hacen a placer y extensamente. Admirable fenomenalización de la cartera donde deja de ser un objeto para pasar a ser vínculo viviente entre la historia, el entorno, el alma y el cuerpo. Símbolo cultural y enlace en la misma organización social que se recoge en su complicidad y validez de la mujer.
Grande tu aporte en la comprensión y afirmación femenina en nuestra cultura universal.
Mi abrazo Eva!!!

BEATRIZ dijo...

Siempre que salgo a la calle, he de llevar un bolso, y no importa si sólo sea a la ezquina que vaya por una docena de huevos, o un cuartito de azúcar, es una especie de vestido y sin ella me siento desnuda.

También soy Eva.
Saludos de hermandad.