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lunes, 23 de noviembre de 2009

La madre del cordero II: Doña Muerte madre de la vida.


Recientemente bípedos, un hombre y una mujer recorren el exhuberante paisaje recolectando jugosos frutos de los árboles, atentos a todos los sonidos, sobre todo a los más imperceptibles se ponen en posición de ataque cada vez que sus aguzados oídos detectan alguna vibración que les parezca nueva. Pero, esta vez, no es un ruido el que hace funcionar sus mecanismos de alerta...  el hedor, penetrante ingresa en sus olfatos. En esta ocasión no se trata del cadáver de un animal. Es uno de ellos. Un ser humano. El cuerpo muerto de un semejante. Y el horror estalla. Estalla pues sus conciencias se iluminan hacia la comprensión de su propio destino. Y dicha verdad es aterradoramente violenta. Tal como ellos, lo que tenemos más a mano de nosotros mismos es la materia que nos hace autopercibirnos como existentes; que dicho material animado pase de pronto a ser un elemento inerte, que se descomponga y se pudra hasta llegar a ser huesos solamente, es una imagen pavorosa sobre todo porque -como plantea el filósofo post moderno Georges Bataille- "... nos arranca de la obstinación que tenemos por ver durar el ser que somos. Desfallece nuestro corazón frente a la idea de que la individualidad que está en nosotros será aniquilada súbitamente... Somos seres discontinuos, pero nos queda la nostalgia de la continuidad perdida. La muerte tiene el sentido de la continuidad del ser." 

Lo que llamamos la muerte, es básicamente, la conciencia que tenemos de ella. Y he aquí la madre existencial del cordero. Y su paradoja, pues la comprensión de nuestra finitud configura el salto evolutivo imprescindible para constituirnos en la especie que somos, mas, dicha constatación se inscribe en nuestra mente colectiva como pánico instintivo y ancestral. Sin embargo, ¿qué hicieron dicho hombre y dicha mujer del origen ante el difunto?. Tras el pánico y el asco, lo enterraron.  Para no verlo ni contaminarse echaron tierra sobre sus despojos. Pero además marcaron simbólicamente el lugar y lo veneraron. A pesar del rechazo que la putrefacción de la carne provocó en ellos, también sintieron que había allí un grandioso misterio consustancial a la vida, como ésta es consustancial a la muerte. Intuyeron que el muerto ha accedido a lo olvidado y por consiguiente lo honraron y crearon a su alrededor una vivencia sagrada, costumbre que pervive hasta hoy día, aunque muchas veces despojada de su sentido más profundo y primordial. El punto es que el horror esencial, da paso a un ineludible diálogo con nuestro sino que hace germinar lo humano, de esta certidumbre surgen los primeros ritos y en ella está la base de las civilizaciones, el mito, la historia y el arte.  Nuestra humanidad se edifica sobre este despertar espiritual. La conciencia de muerte da vida al espíritu. Y es ésta, nuestra radical diferencia con los animales.

Las culturas pre históricas así como las civilizaciones antiguas y paganas se relacionaron con la certeza de la muerte incorporándola en la existencia de manera vital, buscando diversas salidas al asunto y generando a través de ello creación e identidad. Obviando diferencias y peculiaridades, podría establecerse que la visión que se instaló fue circular, vida y muerte como un eterno retorno, inseparables: la muerte no trae más muerte, la muerte llama a la vida como la vida a la muerte, morir es regresar al sitio de donde venimos, la disolución del ego, el paso de la discontinuidad a la continuidad del Ser y con ello, el fin de la escisión y el desgarro.

El establecimiento monopólico de las premisas católicas en el mundo occidental, rompió esta sincronía (no Jesús si no su iglesia). Muy extenso sería detallar este argumento. Cierto es que para muchos/as, dichas premisas y su accionar en la tierra, han caído en un irreversible descrédito. Sin embargo, aunque no nos demos cuenta, cargamos con esa herencia dañiña que se suma a nuestra condición de siervos de un sistema social, político y económico que endiosa al dinero y al consumismo, al exitismo y a la frivolidad crónica. Hoy en día, el miedo se apodera de la humanidad de un modo más subtrepticio y por ello mismo mucho más amenazante. La inevitable propia muerte se asume aparentemente sin grandes conflictos, más bien no es tema y se impide que lo sea, no se le menciona y hasta es de mal gusto referirse a ella, no está viva en la educación ni en la cultura, se le elude porque está cargada de connotaciones negativas y se le concibe como a una antagonista. Es el pánico esencial pero sin salida. Es la perpetuidad del desgarro. El círculo ha perdido su flujo y la energía ha quedado estancada provocando más miedo y sufrimiento.

¿Cómo se expresa este temor silenciado?. Temiendo a todo lo que de un modo nos haga visualizar a la muerte. A esa muerte atentatoria de nosotros mismos que llevamos malamente inscrita. Todo lo que nos signifique pérdida y dolor en la medida que sea. Desde lo más prosaico hasta lo más fundamental. Pero tales pérdidas y tales dolores no son tales si volvemos a comprender y a vivenciar -como en nuestras raíces- que la vida llama a la muerte como la muerte a la vida y que nuestro hondo temor es realmente un hondo canto. Que es un ciclo dinámico como el del alba y el ocaso, como el de los instantes felices y las penas. Basta con observar nuestra historia individual y nuestro transcurrir cotidiano .. ¿cuantas veces hemos muerto?, ¿nuestra búsqueda y crecimiento interior no son acaso una aventura que también va de la mano de la muerte? ¿es que no la experimentamos en el amor, en el erotismo, en nuestra creatividad y en nuestras labores productivas?  ¡la hemos sentido viva muy dentro de nosotros! ¿y con que fuerza y en qué magnitud, la misma muerte nos ha traído a la vida más lúcidos, más grandes, mas fuertes?.

Ante el horror a la muerte se ha levantado una industria poderosísima, otro de los negocios usureros de nuestra sociedad desarrollada: el de la salud. Esta empresa, además, contribuye grandemente a la desigualdad y a la injusticia existentes en el mundo. Por supuesto que no se trata de estar en contra de los avances científicos y tecnológicos que contribuyen a la mejoría de los seres humanos (de algunos habría que agregar) y que nos recuerdan el don de la especie para conocer, descubrir y perfeccionar nuestra naturaleza.  Pero este afán por hacerle el quite a la enfermedad y al dolor, en suma por arrancar de la muerte como caballos desbocados, ha ido adquiriendo ribetes insanos que intensifican la equivocada y perjudicial relación que hemos establecido con ella. La salud resulta ser una suerte de lucha, una oposición, un enfrentamiento entre la vida y la muerte. La mágica energía que ha de reciclarse entre ambas se obstruye. Mientras no se sane ese vínculo y el miedo sea quien lo lidere, seguiremos enfermando tanto del cuerpo como del alma, a pesar de los progresos de la medicina y los adelantos tecnológicos. La raíz de la enfermedad está en ese mismo miedo, adentro de cada uno de nosotros y no hay mejor fármaco ni tratamiento que  sanar la angustia, la violencia, el egoísmo, los excesivos apegos y deseos. La verdadera sanación comienza por casa. La salud y la enfermedad, así como la vida y la muerte están en nuestro espíritu.

Los invito a conversar con Doña Muerte, a darle cabida armónica en nuestra existencia, ella es tan vieja y tan sabia como la vida, no viene de manera antojadiza ni por mero capricho. Su causa es natural pues un ciclo se completa.  Al respecto, mucho tenemos que aprender del pueblo mexicano que de un modo, a la vez  sacro y profano, la integra y la mantiene cerca. Y para terminar recojo una frase del generalmente incomprendido Marqués de Sade: "No hay mejor medio para familiarizarse con la muerte, que aliarla  a una idea libertina".
















28 comentarios:

Katy dijo...

Inquietante entrada sin duda Eva, pero es la ÚNICA realidad que conocemos y yo estoy encantada que as í sea. Estaría horrorizada en vivir en una sociedad en dónde las injusticias fursen eternas, en donde el hambre y la pobreza se cebaran siempre en los mismos, que las guerras jamás tuvieran fin y los vencederos siempre la coraona eternamente.
"A pesar del rechazo que la putrefacción de la carne provocó en ellos, también sintieron que había allí un grandioso misterio consustancial a la vida, como ésta es consustancial a la muerte."
Este misterio que algunos creemos que es una liberación y una bendición. Al menos no nos la puede arrebatar NADIE.
Gran post amiga
Un beso y feliz semana

Soledad Arrieta dijo...

Fascinante. No tengo más palabras para describirlo.
Cariños!

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Creo que esta ha sido la mejor exposición que he leído sobre el ciclo vida-muerte que recuerde.
Te felicito, creo que has desplegado un punto de vista muy positivo sobre algo que nos inquieta a todos, aunque nos hagamos los disimulados.

un abrazo!

Esencia de Mujer dijo...

He muerto sin duda alguna muchas veces, he caído de rodillas con ojos llorosos y he rogado a DOÑA MUERTE que me lleve , que complete el ciclo. Y se ha completado a la perfeccion , pues si la muerte lleva a la vida , yo estoy más viva que nunca , y sin miedo alguno a morir nuevamente.

Gran entrada.
Cariños Eva , que esta semana se muy buena para tí y los tuyos.

JOSH NOJERROT dijo...

No estamos acostumbrados, en general, a pesar de morir muchas veces interiormente, a pensar en la muerte, claro que la muerte física es mucho mas tangible, quizás por ello no seamos capaces del todo de enfrentarnos a ella, cuando tarde o temprano aparecerá a exigir su tributo...

Abrazzzusss

1600 Producciones dijo...

Mágnifico!!! más todos los adjetivos que ahora no se me ocurren.
Tocaste un tema trascendental de una manera extraordinaria.

Sonrojado y agradecido por el link, me despido.

Mi cariño para vos.

Luis Edgar Olmos Nieves dijo...

Hola que tal muy buen día, tu artículo es interesante pues manifiesta un punto que la sociedad en general no solo rodea, lo esconde y de ser posible lo suprime.
Curiosamente tu artículo lo encuentro relacionado con uno propio, donde el trasfondo es el mismo, valorar a la muerte y aceptarla como parte de la vida pues en sí la vida es solo una dulce melancolía de la muerte.

http://thefrogmannaked.blogspot.com/ acá el link de mi blog por si resulta de tu interés, un saludo.

bardo dijo...

Volvamos pues a los ancestros, que fue primero ¿ el miedo o la muerte ? o ¿ qué sentido motivó que el hombre sea el único animal que sepa de su caducidad física ?, ¿ fue la vista o el olfato o todos los sentidos ?.
Nos preparamos toda la vida de una manera u otra para ese último instante, la inmensa mayoría mira hacia otro lado, mutilan a la muerte de sus pensamientos, no podrian vivir con tanta carga. Ya tienes aquí el caldo de cultivo de los dogmas. Hay necesidad de llenar un vacío, en el cual no hay ciclo biológico. El hombre desposeído de su cuerpo por la muerte crea la inmortalidad.
Yo soy partidario de unas bases cívicas de empatía positiva para el buen funcionamiento social y de la promulgación de ejercicios literarios para que cada cual encuentre el Dios que busca.
Ya no sigo por que es un sin parar.
Gracias por tus comentarios en mi blog.

ana porras dijo...

Hola.
Magnífica reflexión sobre algo tan cercano al ser humano, y a la vez tan desterrado y olvidado , al menos es la intención. En nuestra sociedad es hasta "feo" hablar de la muerte, y es parte de la vida.

Saludos

Matías dijo...

Lamentablemente vivimos en un mundo en el que se imponen las costumbres, los modos y muchos pensamientos. La televisión y las grandes corporaciones mandan y millones obedecen (yo lo he hecho hasta darme cuenta) sin darse cuenta de nada. Yo mismo le tengo miedo a la muerte, solo que no la había visto de este modo y leyendo esto me he dado cuenta que he muerto varias veces pero he revivido con más fuerza. Gracias Eva!

fantasma dijo...

MUY BUENA SEGUNDA PARTE, EVA TE FELICITO. MUCHOS ABRAZOS.

Maite dijo...

Eva muy buen texto, te felicito. La verdad no le temo a la muerte física, lo peor es la muerte en vida...

Gracias por la deferencia de pasarte por el blog donde tengo textos míos, en el otro pongo poemas de los Grandes Poetas, no puedo vivir sin poesía, no sé si volveré a publicar, de momento nada me sale, tengo otras prioridades, porque en mi vida se ha producido un cambio, y la salud no me acompaña, nada preocupante pero molesto...

En Poetas Anónimos hago entradas con textos que ya tengo, y lo hago poquito a poquito cuando veo que desaparece de la primera página mi escrito.

Te sigo, soy una pluma, y un blog de notas.

un abrazo

Maite dijo...

Eva, te sigo como mery, no me deja de la otra manera, el avatar, el cuadro de Boticelli, "El nacimiento de Venus". Ésto no lo publiques, por favor, no me gusta dejar mi rostro por los blogs...

otro abrazo y gracias

a gus ti na dijo...

muchas gracias por tu comentario !

muy bueno tu blog, también volveré más seguido (y con más tiempo que ahora)

saludos grandes !

agus-

Mónica C. dijo...

Excelente Eva. Y gracias por visitarme así te conozco.
Ya veo que el budismo ha hecho mella en tí. Una de las prácticas recomendadas era ir a los cementerios para familiarizarse. Tampoco el extremo. Pero es bueno tenerla presente, como dice Castaneda "sobre el hombro Izquierdo, de consejera".
Un abrazo.
Mónica.

Jo dijo...

y ya lo decía el Che "donde quiera que esta nos sorprenda bienvenida sea"...

siempre es como el amor... supongo puede ser una tonteria mia...
es de esas experiencias que nadie puede perderse por muy dolorosa o triste que resulte la experiencia

es lo unico seguro que tenemos aqui.

Dendrita dijo...

El tema de la muerte es siempre muy interesante. Y la conciencia que tenemos de ella lo es aún más. Mi conciencia de la muerte ha cambiado a lo largo de los años ya que he sido espectadora, pero desde diferentes ángulos. Finalmente, todo es un ciclo y como tal, tiene un principio y un fin. Me gusta tu post.
Saludos!!!

La Dame Masquée dijo...

El caso es que nos resistimos a que la muerte sea el fin. El ser humano siempre ha imaginado algo despues de la muerte, sea un renacer, un volver a la tierra o un "pasar a otra vida" en los cielos. Lo insoportable es pensar que todo se acabó, asumir los finales. Nos pasa con muchas mas cosas, no solo con la muerte. Los finales son muy dificiles de asumir a veces. El cielo o el walhalla o como lo llame cada uno, ayudan a conformarse.

Feliz dia, madame, muchas gracias por su visita tambien a este espacio.

Bisous

Elisabet dijo...

Muy bueno el artículo sobre la muerte, algo en lo que pensamos todos los dias pero de lo que nunca hablamos profundamente. Estupendo el blog en general, no solo este artículo.

Por cierto, gracias por el comentario en mi blog, me alegra mucho que te gustasen mis dibujos con tinta china!

Saludos!

Julio dijo...

Tenia miedo a la muerte hasta que la ví de cerca pero dio un rodeo y me dejó ir.
No creo que vuelva a tener tant suerte la próxima vez.
Excelente el artículo,Eva.
Felicidades.

Nikkita dijo...

Hola Eva, llego tarde, pero al fín llegué :). Gran entrada la que me he encontrado. La vida y la muerte van de la mano, forman parte del mismo ciclo. Es cierto que se muere muchas veces en vida, pero no es normal ser consciente de ello. Para mi, lo único que me preocupa es la muerte "del alma". El resto, es "ley de vida".
Muchos besos.

Teresa dijo...

La raíz de la enfermedad está en ese mismo miedo, adentro de cada uno de nosotros y no hay mejor fármaco ni tratamiento que sanar la angustia, la violencia, el egoísmo, los excesivos apegos y deseos. La verdadera sanación comienza por casa. La salud y la enfermedad, así como la vida y la muerte están en nuestro espíritu.

Me quedo con esta reflexión, es tan verdadera que me hace sentir libre de todo miedo.

Un saludo Eva

Adriana Alba dijo...

Excelente Eva... la muerte no existe.... cambia nuestro estado por otro.

te sigo!!!
Felicitaciones

zaida37 dijo...

Maravillosa reflexion sonre la vida y la muerte algo que camina junto a nosotros desde el dia que nacemos. Un beso desde andalucia, gracias por compartir.

ANGEL VIRGILIO dijo...

Eva como se cree que las coincidencias en realidad no existen y haciéndome participe del esta creencia, casi me atrevería a asegurar que mentalmente me arrastraste hasta aquí. ¿Como es posible que habiendo estado en la cala no me había interesado en el tema que tanto abordo al escribir. Gracias por la manera de introducirnos en la vida y la muerte, con tanta sabiduría, gracias querida Eva por el gran sentimiento humano que se refleja en ti. Seguiré leyéndote.

Anónimo dijo...

Eva la muerte deciase,te santifica!
el opuesto al tanatos el eros...en un teorico de sociologia,se toco este tema la ligazon entre ambos,y es verdad que existe inconcientemente,porque cuando despedimos un cuerpo en su ultimo viaje,nos percatamos que el sol calienta mas,los pajaros aturden con su canto y alguna vez se dijo:el eros prevalece ya que 9 meses despues de esa muerte,nace un niño producto del tanatos!
bello,muy bello
lidia-la escriba
http://www.deloquenosehabla.blogspot.com

Ana Gracia dijo...

Eva, como todos los temas que exponés muy bien tratado, pero lo que me maravilla es que justamente hoy estuve hablando de esto: muerte y resurrección, el temor a la muerte, lo que nos diferencia del resto de los seres es la conciencia de ella, etc.¡y me encuentro con estas entradas!
Quería compartir esta sincronicidad con vos.
ABRAZOS!!!

Arte Marga Grigera dijo...

del miedo a la muerte....
" El Gobernador de la ciudad iba saliendo y encontrando a la Muerte en el camino, le pidió:
-No hagas mucho mal a mi ciudad.
-Solo le voy a quitar 3.000 vidas.- Contestó la muerte.
-Bueno...- Respondió el Gobernador.
Sin embargo, luego se enteró de que habían muerto 20.000 personas. Cuando regresó, tropezó con la Muerte y la Peste que se marchaban de la ciudad. El Gobernador le dijo a la Muerte:
-Me prometiste que eran solo 3.000 vidas, pero murieron 20.000.
La Muerte respondió:
-No. La Peste y Yo matamos solamente 3.000 personas. Las otras murieron de miedo."

voy leyendote de a poco... gracias por andar por acá.