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sábado, 28 de enero de 2012

ENSAYO POR ENTREGA


¿Cuál es la Madre del Cordero?


A mi Tita amada, hasta en la Muerte.

I.
“No quiero 
que mis muertos
descansen en paz 
tienen la obligación 
de estar presentes “

Stella Díaz Varín.


Siento como Epicteto de Frigia, Estoico de la Grecia Antigua: “La fuente de todas las miserias… no es la muerte, si no el miedo a la muerte”. ¿Cuál es la Madre del Cordero entonces?. El miedo. El miedo y sus derivados e intensidades, desde la ansiedad más sutil hasta el pavor más horripilante. Desde el temor reprimido que se enquista y persevera en su labor -silenciosa y roedora- hasta la angustia desbordada que lleva al sufrimiento.

Del miedo a la muerte surgen, todos los miedos.

Recientemente bípedos mas aún no completamente erectos, un hombre y una mujer de rasgos simiescos, cubiertos de pelos como sus hermanos primates,  recorren el paisaje recolectando jugosos frutos, probando variedad de semillas y hierbas que la naturaleza les brinda; embelesados ante su imponente belleza, atemorizados también ante su descomunal presencia. Atentos a todos los sonidos, sobre todo a los más imperceptibles; se ponen en posición de ataque cada vez que sus aguzados oídos detectan alguna vibración que les parezca nueva. Todo es nuevo, ciertamente. La realidad se gesta ante ellos cual embrión al interior de un útero, tan fetal como la interioridad que en ellos puja por nacer. Miedo y asombro se unifican en esta sensación primera. Temen, pues desconocen, y perviven en la incertidumbre y en el desconcierto. Vagan, y errantes sacian sus apetitos instintivos: comen, copulan y excretan, desvergonzados. Sus miradas escrutadoras penetran en los múltiples y heterogéneos detalles que les rodean. Sus olfatos se inundan de variados olores y lo que tocan configura un mundo de materialidades y texturas. Llevan en sus manos rudimentarias herramientas, testimonios de un saber hacer que liga causa y efecto, objetos fabricados con una finalidad; creación que los distingue.




 Hoy, no es un atemorizante sonido lo que activa sus mecanismos de alerta. No se trata de la aparición de una bestia tan hambrienta como ellos ni del imponente rugir de la tierra ni de un rayo indómito bajando desde el cielo. Es un hedor penetrante, un aroma inédito. Fisgoneando en los límites del paraíso, se encuentran con un cadáver. No es el cuerpo muerto de un animal. Es uno de ellos. Un semejante. Es la carne putrefacta de un semejante. El pánico se desata y el horror estalla. Estalla pues sus conciencias se iluminan hacia la comprensión de su propio destino. Y dicha verdad es aterradoramente violenta. La materia animada que los arma otorgando consistencia, ancho y largo; ese espacio que ocupan, sus corporalidades en movimiento, aquello que los constata como existentes, de pronto, no es más que un despojo inerte y descompuesto y son, de cuajo arrancados “de la obstinación que tenemos por ver durar el ser que somos. Desfallece nuestro corazón frente a la idea de que la individualidad que está en nosotros será aniquilada súbitamente... “ (1)

Tras este hallazgo, nunca más fueron los mismos.

………………………………………………………………………………………………..
(1) El Erotismo, Georges Bataille, Editorial Tusquets, Pág 21

40 comentarios:

S. Oró dijo...

Precioso texto, es cierto que a la muerte se le tiene miedo por lo desconocido, no se sabe donde vamos, ni que vamos a hacer, o si desparecemos, no nos educan para morir, si para nacer y en realidad no sabemos que es lo que ocasiona mayor sufrimiento.Besos.

Francisco Espada dijo...

Es muy cierto, el miedo es el enemigo del hombre. Igualmente cierto es que este texto te ha salido redondo, así como que se te echaba de menos, Eva.

Marisa dijo...

Realmente, después de tantos siglos, el hombre debiera haberse acostumbrado ya a la Muerte, y aún más, al Miedo a la Muerte. Pero parece ser que eso no ha sido posible y, de momento, tampoco lo será.

El peor enemigo que tenemos es el Miedo, es el que realmente destruye la vida y a la persona.

Encantada de leerte después de tanto tiempo, Eva.
Un beso.

◊ dissident ◊ dijo...

Te he echado mucho de menos, querida Eva. Tu regreso, de todas maneras, está cargado de belleza, como es habitual.

Un saludo

PACO HIDALGO dijo...

Cala, por fin... Me gusta el poema; los muertos queridos deben estar siempre presentes para nosotros; nada de descanso eterno, al menos en la mente. Y miedo ninguno, miedo al daño que nos viene, pero no al recuerdo. Mil besos querida.

Pablo Galván dijo...

Muy interesante la entrada. La muerte es una de las cosas que más temos causa en los hombres. Saber de qué se trata, qué se siente, o si es que hay vida después de ella. Lo cierto es que creo que no hay que perder el tiempo en imaginar esas cosas que nos desagradan, sino en las que nos hacen bien. Saludos! ;)

Tracy dijo...

Me alegro de tu vuelta y de tu magnífico texto, tan realen cuanto a los miedos.

P MPilaR dijo...

A ver por dónde empiezo, tras la 'marcha forzada' de mi querida prima-AMIGA Angelita:
"El miedo y sus derivados e intensidades, desde la ansiedad más sutil hasta el pavor más horripilante..."
Pues no sé ya si temer al miedo o si derivarme a la incertidumbre.
Estoy hecha un lío.
Gracias por tu visita.
Abrazos

emejota dijo...

Una magnífica entrada, si señora.
Si te dijera que llevo trabajando este tema desde que tengo uso de razón.... gracias a ello he descubierto todo lo que se sobre la vida y le estoy agradecida. Me parece que la muerte es la incertidumbre hasta que se adquiere una certeza, la que sea, aunque sea la veracidad de la nada, del nihilismo, entonces la vida adquiere ciertos visos de ironía.
Me alegro de volver a visitarte. Bs.

ƸӜƷ Dayana dijo...

Qué hermoso escribes Eva!!
Es una gozada leerte.
Un abrazo con cariño

Pilar Moreno Wallace dijo...

Muy bien escrito, con intensidad. La muerte sigue inspirando miedo aunque esté siempre presente en las vidas.
Has sabido muy bien plasmar el tema.
Un abrazo.

Adriana Alba dijo...

En la otra cara de la vida está la muerte, vislumbrar su rostro nos puede dar una gran libertad.

Morimos de distintas maneras a lo largo de la vida, cuando desterramos el miedo a la muerte nuestra vida gana en generosidad y amplitud.

Meditar sobre nuestra muerte nos puede ayudar a modificar drásticamente nuestra percepción habitual y rutinaria.

No se trata de morbosidad, sino de adquirir conciencia de los tesoros ocultos en el lado invisible de la vida.

Excelente texto, un fuerte abrazo querida Eva.

Te extrañábamos!

Migli2007 dijo...

Qué gran texto, Eva!
Será el miedo a la muerte, la fuente de todas las miserias? es una pregunta vigente! la respuesta se resumen en una: sí, es el miedo ancestral a la muerte. Así es.
Un abrazo grande
Maffi

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Eva, pese que ha transcurrido mucho tiempo desde entonces, pese a que nos hemos vuelto algo más sofisticados -al menos en apariencia- en eso de andar por al vida, la conciencia de ser efímeros es sin duda lo que más asusta. La sensación que cualquier momento puede ser el último nos inquieta terriblemente y condiciona cada cosa que decidimos emprender. Convivir con esa certeza es lo que más cuesta aceptar y sobrellevar.

Un abrazo.

Mariluz GH dijo...

A veces, gracias al miedo nos reconocemos vivos. Y ante la pérdida de seres queridos nos descubrimos humanos... a este estado de inconsciencia nos está llevando este convulso mundo.

Mi abrazo solidario

Anouna dijo...

Ese primer hallazgo se transformó en el miedo de todos los que hemos seguido la línea de las generaciones, creo no hay nadie que en algún momento ese miedo no lo aturda hasta el sinsentido. Pero es inminente, ya lo sabemos, entonces hemos amigado el momento putrefacto de la inanimación y le hemos dado flores, y le hemos puesto en cajas decoradas, y le hemos dado canciones y poesía, para darle belleza. Hemos en definitiva adornado el feo momento que no teníamos previsto hasta ese instante en que esos dos seres se dieron del todo cuenta, que la eternidad no es material, aunque la materia sea lo que hemos tocado, saboreado y hemos disfrutado de sus olores, ahora sabemos que lo esencial va más allá de la materia. Nos ha costado esa realidad, y siento aún no la asumimos, he ahí el miedo que tanto nos afecta.

Mi querida Eva, vaya!! Uff!! genial tu forma de decirlo, yo traduzco en mi simple forma de ver, la intensidad de tu profundo escrito. Te sigo leyendo, espero el número dos de tu ensayo.

Abrazos
Anouna

U-topia dijo...

Un texto para reflexionar sobre nuestro miedos y sobre la muerte...

La sociedad occidental actual esconde la muerte, la lleva a los hospitales, a los tanatorios... que sea lo menos visible posible. Grave error.

Gran texto, muy sugerente, Eva.

Un abrazo y te acompaño en el sentimiento de pérdida por tu Tita...

Felicidad Batista dijo...

Eva, un placer volver a leerte.
El ser humano en su condición individualista solo piensa en la Muerte, la reduce a su no vivir. En cambio olvidamos o no somos capaces se ser conscientes que a lo largo de toda una vida esta salpicada de muertes, las propias y la de los seres queridos que nos van restando espacios comunes de vida. No obstante, comprender la muerte no entraña dificultad, es el sentido de la muerte lo que nos causa tanto desasosiego. Tanto temor. El miedo ante la certeza de ser vulnerables.
Excelente ensayo Eva, en esa línea de gran calado y con tu prosa exquisita.
Abrazos

Myriam dijo...

Así es, el miedo a la Muerte está en la base de nuestra genealogía... y por ello, también lo está el encuentro con la Fe y la Esperanza. Con el Amor y la Luz.

Un abrazo y me alegro de que hayas actualizado el blog. Se te extrañaba mucho, Eva.

Marisa dijo...

Supongo que así ha sido
el encuentro del hombre
con la muerte.
"Del miedo a la muerte surgen
todos los miedos".
¡Qué cierto!

Me ha encantado esta entrada
y también volver a encontrarte.

Abrazos Eva

mária dijo...

No termino e entender bien el miedo a la muerte, cuando este mundo no es un paraiso? A qué tememos?.
Creo que en esta cultura nos educaron con el miedo a todo, incluida a ella.
Besos

Erik dijo...

Bueno sin la muerte es tan guapa como la hermana de "Sueño" (The Sandman) mejor dejarlo estar. De todas formas va a venir cargada con su eterno paraguas...

Cuanto hacia que no venia por aquí yo.

Beso

Natàlia Tàrraco dijo...

Amiga Eva, tardas demasiado en iluminar tu cala de portentos.

Ayer lo decía en una entrevista José Luis Sampedro, ese viejo lúcido hasta el último aliento: el miedo ha sido y es, el motivo de todos los males, la causa utilidaza para lograr todo sometimiento.

Decía Epicuro; "no temamos a la muerte, no tiene que ver con nosotros" y añade: "¿Qué entendemos por muerte? Sencillamente, la privación de toda sensación...en nuestra vida, todo bien y todo mal nacen de la sensación. Entonces, si la muerte es privarnos de sentir y la vida es justamente poder sentir, ¿por qué motivo temer a la muerte, si cuando existimos no está presente y cuando está presente nosotros no estamos"

De aquel terrible descubrimiento de la muerte, los seres primeros, ingenuos, sometidos a la natura, puros, nació el miedo más desolador,el vacio, la ausencia, y de aquel miedo, nacieron los dioses. A ellos lanzaron preguntas, ruegos, súplicas, esperando respuestas nítidas que nunca han dado, la mejor réplica es vivir cada instante,la señora huesuda siempre nos encuentrará viviendo.

Besito, que te añoraba.

Manolo dijo...

Hola Eva.

Nos privas de tu presencia, en tu sabiduría de que nos alegraremos más de tu vuelta.

No Eva, no me pienses tan malvado, se que si no estás entre nosotros es que razones importantes te alejan, te llevan, pero que en cuanto puedes vuelves y generosamente te regalas, yo te espero, te esperaré siempre para recibirte, torpemente, pero con cariño.

Vamos a la muerte, al miedo,…el miedo es magia, es poder, es una magia que quien lo puede y sabe generar nos domina, nos posee, nos maneja, el hombre sin miedo es libre, es poderoso es invencible, por esto el poder fáctico siempre se ha encargado de generar miedo, a algo da igual, siempre que se fuerte, para así dominarnos, y para completar esa dominación , nos ofrece el antídoto, real o ficticio, duradero o corto, pero nos ofrece la seguridad aunque sea temporal a nuestro miedo. Así para generar el más grande de los miedos “la muerte”, generaron la más grande de las riquezas “la vida”, que gran mentira, como si la vida fuera nuestra, como si pudiéramos guardarla en un cajón, defenderla en un castillo, y así generaron el gran miedo a perderla, y nos enseñaron que los de la tribu de al lado querían quitárnosla y si nos uníamos a ellos que eran fuertes nos ayudarían a defenderla, cuando la que defendíamos era la suya no la nuestra. Y que para asegurarnos nuestra vida teníamos que atesorar bienes para un futuro, y así un largo etcétera, y así fue como nos enseñaron que la vida no era para vivirla, que era para defenderla, que teníamos que trabajar para asegurarnos un futuro, aun perdiendo el presente, y al final vamos a la muerte, como no puede ser de otra manera, pero nos daremos cuenta que hemos perdido la vida, defendiéndonos de algo que es la misma vida.

Eva, gracias por tus palabras, pues son bálsamo mágico, misteriosamente sabes dar lo que necesito recibir, y te lo agradezco, profundamente.

Mil besos. Manolo

Pilar Abalorios dijo...

Que alegría volver a leerte, desde luego la ausencia no ha causado merma en tu habilidad de mezclar temas y palabras.

Me ha encantado.

FJavier dijo...

"Sin duda, ya nunca se es el mismo tras conocer a la muerte, al dolor,… y con ellos a la amenaza que deviene en desasosiego. Miedo al invisible poder sobrenatural que controla al destino con tan ineludible e invulnerable determinación.
No creo que existiera el miedo antes de experimentar el estupor ante lo inexplicable. Experiencia previa a esa impotencia que acompaña a la ignorancia. Después el miedo.
Quizá."

Penelope dijo...

¡Bienvenida a nosotros otra vez Eva! que lindo poder leer de nuevo tus inigualables reflexiones...
¡La muerte... La vida...!
¡Nuestras Vidas!

Me encanta la fotografía de Antonia.

Un beso Eva

Acido Obscuro dijo...

Me encanto la Lectura, es verdad el miedo a la Muerte es la madre de los miedos, de ahí infinidad de derivaciones de la misma y aun mas atemorizante: "la muerte en vida"

maria candel dijo...

Eva, que bueno volverte a leer,es muy cierto que la muerte, junto con el amor, es uno de los grandes motores que movilizan al ser humano, si su conciencia, seriamos otros muy distintos,ejerce un contrapeso que nos ayuda a valorar, situaciones o hechos que asumimos veces, sin darles su justo valor.
Desde ya, espero la continuación.
Un fuerte abrazo, amiga.

Esmeralda Torres dijo...

Nuestros muertos, aquellos a los que les seguimos hablando, a los que extrañamos, a los que ya no comprendemos...
No tardes Eva, se te extraña mucho. Un beso.

Aristos Veyrud dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aristos Veyrud dijo...

Eva esta publicación se suma a otras que ya habías hecho en la línea de la misma indagación. Si tomamos en cuenta que hubo y quedan algunas que otras culturas que no se basan en el temor a la muerte, podemos entonces decir que el temor y el dolor que desarrollamos por estos lados hacia ella es en gran medida cultural. Llama la atención que seres como Socrates, Buda, Jesús dieron grandes enseñanzas sobre la muerte y el morir pero de ello no se habla o se tergiversa.
Esta indagación que haces a modo de ensayo sin duda es motivo para mirar de nuevo a esa posibilidad de redefinir culturalmente la muerte. El monopolio de la concepción espiritual acerca de las condiciones de la vida siempre nos ha dado y acostumbrado a una única respuesta, pero hay otras que siempre se han ocultado e ignorado.
Un inmenso abrazo amiga Eva!!!

Eva Magallanes dijo...

Precioso amigo, por ese rumbo va el Ensayo, efectivamente, este Ensayo que tiene 45 páginas surge de dos posts publicados en La Cala. Ya le he pillado millones de errores y el situarlo aquí espero me ayude a corregir alguno
¡Me alegra tanto el corazón tener un buen lector, aportativo siempre y del cual siempre aprendo!
Gracias por estar cerca.

Aristos Veyrud dijo...

"¡Me alegra tanto el corazón..."
Ja ja ja de eso se trata de transformar y despertar el corazón...
Mi abrazo amiga Eva!!!

Eva Magallanes dijo...

Muac!

mateosantamarta dijo...

El asombro de estar vivos, la euforia de estar vivos, queda matizado por esa sombra desconocida, por ese corte futuro e ineludible.Madre de la filosofía, del arte y de la historia, esa puerta oscura...Un abrazo, Eva!

soylauraO dijo...

Crónica de un cadáver en la conciencia original y su introspección, siempre su propia búsqueda incesante. Pone ud tanta pasión racional en esta constante indagación de la partitura de la vida desde los huecos que le ofrece como pedestal el hecho de la muerte que, ofrece al lector una inquietud diferente, un modo particular de ver.
Ud está creciendo de manera generosa.
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Marilyn Recio dijo...

Muy interesante entrada. La muerte es tan real como la vida misma, pero nos asusta. Me encanta la decoracion de tu blog!

Un abraXo

María dijo...

Descubro tu blog y me quedo entre él, con tu permiso, me parece muy bonito.

Un beso.

Ana dijo...

Eva! Empiezo recién hoy a leer tu ensayo. Leí tu entrada actual e inmediatamente comencé un viaje al pasado. Nunca pensé que fuera tan lejos...
El origen del miedo. A veces me gustaría desear que ese momento no haya existido nunca. Y así andaríamos por el mundo sin pensar que nos vamos a morir algun día, Así, como un ratón, o un lirio.

Hermoso capítulo, Eva.
El poema inicial, bellísimo.

Un abrazo, querida amiga!