Fresia pujó una sola vez con tanta garra y coraje que las aguas del lago Yelcho se pusieron belicosas y los copihues encendieron sus rojos en una erupción que hizo arder la madrugada en aquel paisaje indómito y bendito. Corría el año 1.933 y la mayor de las hermanas Carahue llegaba a este mundo en su confín más extremo junto al grito guerrero de su madre que, encunclillada paría y maldecía a sus dioses.
En medio del dolor miró hacia el cielo. Allí se concentraba la luz naciente del alba.
Al rato, con la niña apretada a su pecho, quedaron en el olvido los dolores y su vientre se cubrió de una maravillosa tibieza. Con una amplia sonrisa, mordisqueando los piñones que los pehuenes le regalaban dadivosamente a su paso, enfiló por el angosto sendero rumbo a su nuevo hogar: la primera vivienda construída en lo que mucho más tarde sería Chaitén, ciudad puerto, a los pies del majestuoso volcán del mismo nombre, que llegó a convertirse en centro urbano de importancia de la provincia de Palena, territorio austral de Chile. Esto, ni remotamente pudieron haberlo imaginado Fresia y Lincoyán quienes sólo unos días antes habían arribado a este inexplorado paraje, arrancando de la furia del cacique de la tribu, para vivir el amor que las leyes tutelares de la estirpe, prohibían.
La nombraremos Ailen -dijo Fresia escuetamente- observando como los ojos de su hombre se agigantaban al ver a su primogénita. "La Brasa", repitió en mapudungún, su
Fresia bebió con deseo sintiendo el ardor del animal en sus venas. Con el ñache todo el cansancio del alumbramiento desapareció mágicamente. Miró largamente a su criatura y le pareció que el horizonte del porvenir estaba en ella. La amamantó con absoluta entrega al tiempo que borraba de su mente el pasado y sus recuerdos. Ailen succionó con fruición, con toda la imparable fuerza de la vida, hasta que ambas cayeron en un profundo sueño. Lincoyán tomó sus redes y echó su barcaza al mar. Con sus robustos brazos remó y remó hasta que su intuición -genética de su raza acrecentada por el oficio- le indicó que estaba sobre un milagroso cardúmen. En honor a la diminuta brasa que de ahora en adelante calentaría sus días, el Pacífico le regaló una pesca abundante de esas que sólo ocurren cuando se recibe una bendición.
La nombraremos Ailen -dijo Fresia escuetamente- observando como los ojos de su hombre se agigantaban al ver a su primogénita. "La Brasa", repitió en mapudungún, su
lengua originaria, soltando una risita. Las guió hacia la ruca recientemente terminada construida acuciosamente con barro y paja; el fogón crepitaba y las papas con cáscara y merkén se asaban con premura. Lincoyán tomó el cuenco de madera con la sangre ya cuajada del cordero y con agilidad le agregó sal, limón y una variedad de yerbas medicinales que, a escondidas, la Machi le había regalado antes de emprender la huida junto a otros pertrechos y a sus augurios de buena fortuna. A pesar de la fatalidad que caía sobre ellos -no habría perdón y serían por siempre unos parias- la más sabia de la comunidad les brindó protección y consuelo.
Fresia bebió con deseo sintiendo el ardor del animal en sus venas. Con el ñache todo el cansancio del alumbramiento desapareció mágicamente. Miró largamente a su criatura y le pareció que el horizonte del porvenir estaba en ella. La amamantó con absoluta entrega al tiempo que borraba de su mente el pasado y sus recuerdos. Ailen succionó con fruición, con toda la imparable fuerza de la vida, hasta que ambas cayeron en un profundo sueño. Lincoyán tomó sus redes y echó su barcaza al mar. Con sus robustos brazos remó y remó hasta que su intuición -genética de su raza acrecentada por el oficio- le indicó que estaba sobre un milagroso cardúmen. En honor a la diminuta brasa que de ahora en adelante calentaría sus días, el Pacífico le regaló una pesca abundante de esas que sólo ocurren cuando se recibe una bendición.
Prontamente arribaron Ayelén "La Sonrisa" y Alún "La Luz", y en esa virgen soledad donde se reúnen océano, lago, río y volcán, unidas a la tierra y a las lluvias torrenciales, las tres hermanas Carahue crecieron amparadas por el paisaje y sus desnudas enseñanzas: cercanas a los bosques, a los pumas y a los cóndores; excursionando por las laderas del Chaitén dormido por milenios, sumergiéndose en las cristalinas aguas del Blanco, rodeadas de golfos, fiordos y glaciares. Una tarde, mientras las talentosas manos de Fresia -como en un artilugio- hacían germinar de la madera, la forma de una vasija; Lincoyán agitado vino a comunicarle que un grupo de personas se acercaba. La mujer sintió que el corazón se le salía por la boca y lo abrazó sollozando nos han encontrado y nos harán pagar por lo que hicimos. Aterrados llamaron a sus hijas y apiñados a la entrada de la ruca se quedaron como piedras esperando lo peor. Enorme fue la sorpresa, más enorme la alegría, cuando divisaron a la vieja Machi quien al verles comenzó a tocar el kultrún elevando su voz melodiosa con la bella rogativa a la Madre Tierra. Ñuke Mapu, resonaba el canto ancestral estremeciendo lengas, coigues y araucarias; Ñuke Mapu y las aguas parecían despertar, Ñuke Mapu y el viento se elevaba, Ñuke Mapu y el volcán abrió los ojos, Ñuke Mapu y se estremeció el macizo andino. Agobiados por la hostilidad de un jefe que quería hacer la guerra en tiempos de paz, un veintenar de hermanos de tribu habían decidido exiliarse siguiendo a la anciana.
Así, paso el tiempo y este rincón virginal comenzó a crecer sin saber como. Sin saber como arribaba gente de por aquí y de por allá y la comunidad crecía sin mayores complicaciones como las semillas que caen en suelo fértil y simplemente, florecen. Hasta que los esbirros del tirano pusieron sus botas en este territorio sagrado. Estos esclavos de la dictadura a punta de pala y picota tenían la misión de construir la gran obra del dictador, una carretera que anexara las zonas aisladas del país, por tratarse de áreas estratégicas para la guerra. En nombre de la soberanía fueron abriendo un boquete y fundando ciudades para llenar de gloria al mismo que se manchaba con la sangre de todos aquellos que no le rendían pleitesía.
La Brasa, la Sonrisa y la Luz, conforme a las leyes de la humanidad, crecieron. Fueron junto a sus padres adaptándose a este nuevo lugar, gozaron de sus beneficios y padecieron sus lacras pero jamás olvidaron quienes eran: mapuches, gente de la tierra. Vieron abultarse sus pechos, ensancharse sus caderas, crecer los vellos del pubis. Se enamoraron, fueron felices y sufrieron. Tuvieron hijos e hijas y continuaron amando y lidiando con el mar, con los cultivos, con los árboles, con el frío. Vieron aparecer arrugas y dolencias, constataron que los años quitan pero a la vez dan y, cuando el volcán, tras siglos de silencio rugió, vomitó lava y cenizas, puso al país en vilo y ofreció la erupción más increíble, bella, voraz y temible de la que se tiene memoria; no se asombraron ni se atemorizaron en demasía, contemplaron la escena, se conectaron con las divinidades, hicieron sonar el kultrún y esperaron...
Ilesas, hoy forman parte de las rebeldes, las incivilizadas, las porfiadas, las tontas... que no quieren abandonar el sitio que las vio nacer. Tal y como Fresia y Lincoyán crearon desde la nada un hogar, las hermanas del volcán, reconstruyen hoy ese pedacito de mundo, el propio, inmunes a los eventuales beneficios que el gobierno pueda otorgarles, ajenas a la estúpidez del miedo y de la muerte.
Vayan todos mis respetos y todo mi amor a mi pueblo mapuche.
Matriz de la cual también vengo y de la cual me enorgullezco.
Fotografías: rostros mapuches, copihues, pehuén o araucaria, piñones -frutos del Pehuén-, merkén -ají mapuche molido-, machi: curandera portadora de la sabiduría ancestral, ruka -vivienda mapuche-, puma chileno, cóndor, kultrún: instrumento ceremonial de la Machi -contenedor de la cosmogonía mapuche-, lengas: especie nativa de Chile, Chaitén en erupción, rostro huilliche (rama de la etnia mapuche).
Bandera Mapuche
26 comentarios:
Madame, que homenaje tan hermoso al pueblo mapuche resulta su historia. Que admirable y bella rebeldia, no querer abandonar el lugar al que pertenecen. Son realmente las hermanas del volcan.
Buenas noches, madame. O mejor tardes.
Bisous
Que blog más interesante tienes, gracias por venir a visitarme y traerme de la mano
Me quedo con tu permiso.
Besines
Que resistencia mas linda, contra todo el avance de la maquinaria, sin destruir su suelo, con el poder de la union. Felicitaciones por el orgullo. Un abrazo grande.
Con la claridad de siempre, una magnífica reivindicación.
Mis saludos Eva...
Me alegro que tengas esa sensibilidad por lo mapuche.Todos los pueblos originarios de américa necesitan de nuestro respeto,nuestro reconocimiento y nuestro compromiso con la defensa de sus legitimos derechos.Saludos,pasare a buscar una cala de vez en cuando,prometido.
Hola Eva, que homenaje a este pueblo, que entrada tan fantástica, bien documentada para que nos enteremos como yo de toda esta historía impresionate que desconocía.
Así eres tu de luchadora e inteligente. Un beso muy grande para ti.
"La Brasa, la Sonrisa y la Luz, conforme a las leyes de la humanidad, crecieron. Fueron junto a sus padres adaptándose a este nuevo lugar, gozaron de sus beneficios y padecieron sus lacras pero jamás olvidaron quienes eran: mapuches, gente de la tierra."
Bellísimo
Que bonita historia no tenía ni idea de esta del pueblo Mapuche, de Fresia y Lincoyan.. que bonito... y su esfuerzo y su vitalidad, y sus vidas.. rescatarlos es hacerlos vivos una vez mas... es que esten ahora y aqúi presentes entre nosotros....
Me agrado mucho que compartieras esto con nosotros.... y pudieramos saber de otras civilizaciones grandes, diferentes y poderosas....
.... Es un honor de verdad tener esa raices y saberlo.... rescatarlas y vivir conforme.... a sus enseñanzas.
Un beso y gracias por poner tu avatar en mi blog...
Volveré a visitarte... amiga mapuche..
Qué precioso tu relato amiga y en lo que dices hallo sólo verdad; lo cierto es que NINGÚN ciudadano del mundo quiere hacer la guerra a otro si son los que ostentan el poder y ebrios de él, asuzan por ambiciones personales y de empresas y organismos al rededor de su poder a sus compatriotas y crean en el corazón del pueblo rencillas y odios que nadie quiere. Aquí en mi país (soy peruano) si vieras la sarta de mentiras y la pasividad contra ellas y los medios de comunicación que promueve la gente encumnbrada en el poder y algunas veces no sólo eso sino que peor actúan sin dignidad y con genuflexia. Pero muy pronto sabrán de mí. Déjame decirte que admiro al pueblo mapuche (aquí en Perú se les llama así a todo el pueblo chileno), por su dignidad y coraje y porque en lo que he leído de las causas de la guerra del pacífico he comprobado que se han comportado con respeto; lo que sucedió después son gajes malditos de toda guerra y el vértigo al que conduce alos gobernantes de turno, el capitalismo y la necesidad de más riqueza. Recibe mi abrazo efusivo y fraternal.
Gracias por contarnos esta bonita y emocionante historia Eva, las entradas de tu blog son realmente buenas.
Un abrazo!
Me alegro mucho de haber entrado en tu blog.
Es una historia fascinante. Un pueblo humilde y valiente. Y comprendo lo orgulloso que debe sentirse todo aquél que lleve su sangre.
Saludos
Hola Eva, menudo homenaje al pueblo Mapuche, y qué grandes las hermanas del volcán, alejadas de la intoxicación de la "civilización", envidiable.
Buen fin de semana. Besos
interesante escrito, se nota que es realidad, realidad de la tierra.
un abrazo
Valientes sin duda.
Una historia fascinante de mujeres escrita por otra mujer.
Me quito el sombrero ante ti.
Un beso.
GLORIA CECILIA ha comentado en "Comuniquemonos":
Mis respetos también amiga, que vienes de una gente aguerrida y tenaz, para la cual su tierra es su propia madre. Un abrazo fraterno y cálido.
CRISTINA ha comentado en "comuniquemonos": Gracias por compartir tan hermosa leyenda, quizás por eso me encanta tanto Internet; ya que no puedo costearme eso de viajar por todo el mundo: Al menos gracias a Internet, y gente cómo tú estoy aprendiendo mucho de otras culturas. ¡Muchas gracias!
Qué excelente manera de contarnos la historia de esta gente tan íntegra y auténtica. He sentido algo de aquel aire austral que invita al acercamiento con la Naturaleza y nos habla de las cosas importantes.
Ojalá la lucha de tu gente sea escuchada y entendida.
Un abrazo, Eva.
Gracias por visitar mi humilde jardin. Espero que nos veamos pronto.
Besos
En Argentina, los hermanos Mapuches han sido exterminados. Quedan de ellos algunos "focos indeseables" en la extensa patagonia argenta que poco a poco (vah, casi toda ya) está siendo vendida a empresarios, estrellas del deporte y el cine, paises extranjeros, etc. Y como estas bellas tierras suelen venir con defectos de fábrica (los Mapuches), los nuevos capitalistas foráneos se encargan de desterrar a los pocos que quedan. En el pasado, el encargado de esto fue nuestro vanagloriado Presidente Julio Argentino Roca, que con la Campaña del Desierto se encargó de aniquilar a la Comunidad Mapuche y a cuanto indígena se le cruzara en frente de sus armas. Hoy en día es más sencillo y menos cruel: llega el millonario a sus tierras, destierra a estos "indios que dañan el paisaje" y deben emigrar a la triste y sucia ciudad, a ser explotados por los gerentes de las empresas de los nuevos dueños de lo que antes eran las tierras de los Mapuches.
Eva: a ver si traes a tus hijos acá y hacemos una Revolución Pingüina en la Patagonia para terminar con la opresión del pueblo Mapuche. ;)
Gracias por tan sincero homenaje al Pueblo Mapuche, te envío abrazos luminosos!!!!1
Muy interesante y lindo el pueblo Mapuche. Hice un post para agradecer el premio que me otorgaste. Ya visité tu nuevo blog y me pareció muy bueno, así que también dejé un enlace en el post para que quien lo lea, pueda visitarte también.
¡Saludos Eva!
que hermosa historia ancestral, que orgullo pertenecer a ella... abrazos de Navidad para ti querida Eva.
Me ha entusiasmado este homenaje a los mapuches, como me entusiasma todo cuanto se refiere a los pueblos que han quedado en la periferia de la humanidad y que vale la pena recuperar para esta cultura (supuestamente) globalizada. Tengo el propósito de hacer algo en este sentido también desde mi bitácora. Te seguiré con interés.
Un saludo desde Barcelona.
Hermoso homenaje a nuestras raíces, que fácil es olvidarnos de ellos que son nuestros ancestros. Me has adentrado en la tierra de mi madre, como no recordar las araucarias, los copihues, el sonido del kultrún y la machi bailando a su són.
Un beso para ti.
Hola Eva, gracias por tu visita! me alegró tu lectura atenta y tu acento justo en mis frases favoritas!
Así que te la devuelvo sin demora!
Me gusto mucho el relato... fluye facilmente a través de descripciones tan íntimas como bellas y en relación a la naturaleza... que está siempre ahí, presente, como el fondo de la historia... es interesante como en un relato así de corto logras construir esa imagen amplia, vasta y abundante del sur de Chile, y sobre todo el vínculo entre el pueblo mapuche y la tierra... un bellísimo homenaje como ya han dicho...
volvere yo también a visitarte!
Saludos cordiales Eva
Vine a leer tu texto y bueno tiene mucho que ilustrar de una parte de las familias del pueblo de Chaitén sin dudas...
Los aborígenes que allí llegaron y descendiente que vive por esos lares son HUILLICHES( gente del sur) , ellos zarparon desde las islas del archpielago de Chiloé,aunque se sabe con certeza que fueron las familias Oyarzún, Oyarzo , Ampuero entre otros , ser los primeros que llegaron navegando desde Achao costeando subieron por el río Yelcho y otros por el río Blanco donde vivieron primero en el sector de Chaitén Viejo y luego pasaron a la actual y hoy desolada ciudad , la cual hacha en mano le abrieron surco y tan solo con palas y yuntas de bueyes abrieron canales para secar el mañin ...los demás llegaron tropeando por la cordillera y así poco a poco las familias dominaron la zona...eramos cerca de 5000 cuando despertó el Chaitén que todos pensábamos era un insignificante cerro y bueno la demás historia se conoce después de la erupción...
Sin duda la vida nos enseña a golpes , como descendiente de la etnia siento una gran tristeza por lo que pasó y sigue en pie , por supuesto son muchas las persona que han vuelto a la ciudad semidestruida , y allí está muy lejos de concretarse el fin de la historia ...el volcán sigue rugiendo y muchos estamos en una espera sin fecha de termino...
Te dejo mi saludo cordial!
eva interesante enfoque,lastima que ya no exista ningun derecho,para los aborigenes,que antaño mataron, y hoy sigue la muerte,por abandono,por hambre,porque hablan su idioma,y viven en el chaco-el impenetrable-muriendo
saludos
lidia-la escriba
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