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martes, 17 de noviembre de 2009

¿Cual es la madre del cordero?

El miedo. El miedo y sus derivados e intensidades, desde el temor más sutil hasta el pavor más horripilante.

La expresión "la madre del cordero" viene a enunciar metafóricamente la raíz de una cuestión, la explicación sustancial, aquello que saca a la luz la significancia más relevante de una situación. Siendo así, reveladoras me parecen las imágenes de madre y de cordero en esta frase. Y como no, si este animalito precioso, especímen infante medio enclenque y asustadizo, emblema de la pureza y de la inocencia, símbolo de la mansedumbre, viene a ser el blanco perfecto para el engaño, el sacrificio, la matanza y la inmolación. Su balido estremece pues parece encarnar al más angustioso ruego de piedad ante el sufrimiento y el acecho de la muerte. Pero, ante todo, representa  el escalofriante sonido del miedo. Y que decir de la palabra madre con todas sus atávicas y permanentes connotaciones: de este modo la matrix, el útero, la causa primera. Seguramente al nacer lo vivenciamos de un modo tan traumante que no quedan registros conscientes de dicha experiencia.

Emoción primordial, instinto básico, asentado en la base del cerebro, el miedo es connatural a la esencia humana. Y necesario. Si nos resituamos en aquella remota época cuando iniciamos nuestro proceso de desprendimiento de la animalidad (la evolución darwiniana), en aquel tiempo del origen en que el ser humano toma conciencia de su ser y de lo que le rodea, cuando hubo de convivir con un entorno prolifero y dadivoso pero a la vez hostil y desconocido, cuando tuvo que procurarse el alimento lidiando de igual a igual con  otros mamíferos feroces igualmente hambrientos, cuando las inclemencias climáticas y los fenómenos de la naturaleza eran grandes incógnitas, inasibles y temerarias, cuando aún sin dios esta entidad emergente pugnaba por sobrevivir guiado por ese impulso de vida con el que fue dotado... sentir temor, experimentar el pánico, no debe haber sido tan sólo una experiencia cotidiana, si no también absolutamente imprescindible para dicha sobrevivencia. En tal contexto, el miedo es una alerta potente ante el peligro que  prepara al organismo tanto física como mentalmente para la reacción adecuada. Coexistir junto al terror y ganarle la batalla debió ser una consigna primitiva. Sin ese horror fundamental, la especie no hubiese pervivido. Así, lo llevamos inscrito en nuestro adn más profundo pero, sin duda hoy, nos relacionamos con esta emoción de un modo muy distinto al punto de haber desvirtuado sus beneficiosas funcionalidades.  Evidentemente, milenios más tarde, otras son las circunstancias. No tenemos que salir a cazar para alimentarnos ni nos apanicamos ante un trueno, como nuestros antepasados prehistóricos. La civilización y con ella el aprendizaje y el conocimiento, permitieron dar mayor tranquilidad y amparo a la humanidad,  Así, la cultura fue atenuando el impacto del afuera en la emocionalidad humana, dando paso a nuestra propia barbarie en contra de nosotros mismos, de nuestros semejantes, de los animales y del planeta. Es cierto que las catástrofes naturales continúan acaeciendo e incluso acrecentándose en respuesta al daño medio ambiental que el denominado progreso ha generado, y es tristemente cierto también que millares en el mundo no tienen cubiertas sus necesidades más elementales; pero más allá de esas realidades, y considerando además que el sistema en el que estamos insertos puede ser tanto más atemorizante, belicoso y desgastador que el cavernícola provocando en muchas personas la sensación de estar bajo una inminente amenaza, en un gran porcentaje, los temores actuales están  vinculados con nuestra interioridad: nuestros propios fantasmas, nuestros traumas infantiles, nuestras debilidades, nuestros círculos no cerrados. La estructura imperante lo sabe y desde allí nos manipula y nos doblega. Se autoconstruye y se perpetua en este caldo de cultivo: en el temor que nos hace mansos y nos convierte en rebaño, el que nos resigna y nos enajena, por el cual los macros poderes de toda índole imponen sus tiranías. El lobo nos engulle día a día disfrazado muchas veces de inofensiva oveja.

Hoy, el miedo, más que activar, paraliza. Más que convocar a la superación del mismo y con ella a la transformación personal y de lo que nos rodea, el miedo hoy nos convierte en entes pasivos que prefieren   aceptar lo inaceptable, que se conforman y se acomodan cobardemente. Lleva a la evasión y a las adicciones. Más que propulsar una acción que nos saque del atolladero, de la encrucijada; se convierte en ansiedad, en stress, angustia y depresión.  Enfermamos de temor y vivimos como corderos degollados. ¿Y a qué tememos?; podría confeccionarse, sin contar las fobias, una lista interminable: miedo a no ser amados, miedo al ridículo, miedo a la gordura, a la vejez, a la enfermedad, miedo a perder el empleo, miedo al "qué dirán", miedo a no cumplir ni con las propias expectativas ni con las de los demás, miedo a perder lo que se ha acumulado, miedo a los delincuentes, a ser gordo, a ser feo, a ser distinto; miedo al compromiso, miedo a la soledad, miedo a sufrir, miedo a ser vistos en toda nuestra humanidad.

Para terminar quiero relatarles una situación de la que fui testigo hace poco, tragicómica por cierto. Un hombre de 79 años se siente algo afiebrado, se toma la temperatura y efectivamente tiene un poco de fiebre, escasos 37.4 grados.  Al cabo de un rato, se coloca nuevamente el termómetro que ahora marca 38.4. El hombre es diabético e hipertenso, ya tuvo un infarto y le extirparon la próstata (nada fuera de lo común en estos tiempos), vive apegado a su bolsa con remedios, mirando el reloj a cada rato para recordar las numerosas ingestas que debe realizar. A pesar de ser éste un estado febril fácilmente controlable con un antipirético común, su señora llama al servicio de atención médica a domicilio al cual están suscritos y que cancelan religiosamente todos los meses. La doctora considera que hay que hospitalizarlo debido a su edad, a sus dolencias crónicas, a que fácilmente podría descompensarse; habría que hacer un estudio para buscar las causas, podría estar incubándose un cuadro infeccioso de alto riesgo, postula algunos probables diagnósticos, el señor y su mujer se aterran y en definitiva es ingresado al hospital, luego de variados llamados a diversos recintos en busca de camas pues al parecer gran parte del país se encuentra enfermo. Al llegar, ya no tiene fiebre y tras tres días de exámenes y observación se le da de alta. Nada. Sólo una cuantiosa cuenta por pagar y su agobiante temor a la muerte.

La conciencia de muerte que distingue a la naturaleza humana del resto de los seres, la nula preparación que en esta vida tenemos para recibirla, el horror ante el cadáver y la descomposición de nuestra materia, el porque, en general, le tememos y no la honramos; el suculento negocio que a partir de esto se ha desarrollado... son la madre más madre del cordero, del miedo a morir se desprenden todos los miedos.

(En un próximo post abordaré estos puntos enunciados. Por lo pronto los dejo con un cordero sacrificado)








23 comentarios:

Katy dijo...

Con un post tan bien documentado sobre el miedo y sobre todo el miedo hay poco que añdir. Salvo que en mi opinión experiencia hay mucha gente capaz de vencer este miedo con la lógica de su razón y aceptación de las leyes de la vida. Otra es el miedo a lo desconocido. Y los hay hiponcodríacos como bien describes a ese SR. de 79 obsesionado con el tema.
Buen post. Me has hecho recordar la exposición de Francis Bacon con estos cuadros suyos tan desagradables Un beso

Diana de Méridor dijo...

Madame, que bueno que me haya encontrado! Asi he tenido ocasion de ver yo tambien su blog, que resulta sumamente interesante.
Espero que sigamos en contacto.

Feliz dia

Bisous

Ana Palacios dijo...

El miedo nos paraliza y nos hace sentir sin fuerzas para seguir adelante.El miedo a la muerte tal vez no sea menos malo que el miedo a la vida.
Miedo a vivir; ¿existe miedo mas paralizante?

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Hola! llego hasta aquí desde "El sur también existe" blog en el que participo. Te vi por allí y me acerqué a conocerte. Me parece un estupendo artículo este sobre el miedo...
destaco esta frase
"Hoy, el miedo, más que activar, paraliza."
Doy fe, estoy superando todavía un ataque de pánico que medio por el verano en relación a la velocidad, bien condimentado, por otra parte, con las horribles experiencias de ser asaltada (2)...así que corroboro que el miedo paraliza.

Seguiré pasando por aquí, me gusta tu blog.


Saludos desde Rosario!

P.d
pasa por El Sur cuando quieras, te esperamos!

Adolescente Normal dijo...

A mi me da miedo la linea de la vida, el vivir esa linea. Sus dos puntas son el Nacer y el Morir, eso no me interesa, es el ciclo de la vida, desde temprana edad (No hablo en general) aceptamos el hecho de que un dia vamos a morir, entonces, ¿que ganas con vivir por miedo a morir? Absolutamente nada, me da más miedo como estamos llevando a este mundo, y no es adelante.

Besos, buen blog

La abuela frescotona dijo...

el miedo es el rey del siglo...sus reacciones son impredecibles, el miedo se elabora , el pánico estalla.querida Cala tu escrito es de gran valor para muchos, espero su continuidad, te abrazo

fantasma dijo...

Hola Eva, mira que justo, el mismo dia publiqué una entrada que habla de los miedos y de como se aprovechan de eso. Seguro no es tan completo y tan agradable de leer. Un abrazo desde Rosario.

Nancy dijo...

Hola, vine a devolverte la visita y a agradecerte de nuevo (lo acabo de hacer en mi blog) tu propuesta de buscar las frases comunes (y las distintas) de cómo decimos las cosas. Yo creo que tu iniciativa tendría muy buena acogida en el Blog que ya te mencionó Neogeminis, el del Sur. Para mí que es el lugar ideal.
Ah, no puedo leer tu entrada... es que no encuentro mis lentes y ese tipo de letra me cuesta mucho. Pero regreso en cuanto lo tenga a mano.
Apapachos, mil

Dendrita dijo...

Tengo un post incompleto, que no he podido terminar, donde escribo un poco acerca de la diferencia entre temor y miedo; personalmente pienso que esas dos palabras no significan lo mismo. Espero terminarlo y publicarlo pronto. Tu post me encanta, muy completo y ameno de leer; se ilustra también perfectamente con el relato que comentas. Gracias por tu comentario en mi blog. Ya te sigo, estaré visitándote.
Saludos!!!

Katy dijo...

Hola Eva tengo un mimo muy especial para ti en mi blog :
http://katy-tocandootrospalillos.blogspot.com/
Con total libertad puedes venir a recogerlo si así lo deseas. Lo he recibido con cariño y así te lo hago llegar. Un abrazo

bardo dijo...

Me ha encantado como a raiz de la madre del cordero, has hido hilvanando conceptos hasta la esencia del miedo, y su atribución en diferentes facetas desde el adn y el ancestro.
Yo siempre pensé que el motor impulsor desde los orígenes del hombre en su existir hasta hoy, fue el sexo y no solo por la procreación, también por el ritual que conllevaba en la precaria asociación, miembros- tribu- ciudad-sociedad...seguramente el miedo fue el combustible de todo.
He aprendido de tu escrito.
Ha sido un placer visitar tu blog.

LUMPENPOETA dijo...

Qué miedo asentado entre el insignificante humano que arrastramos. Qué palabra para espantar la fobia o al menos aclarar el balido del cordero. Como he visto ya, estas palabras son discurso armónico que se despliega para mover neuronas en este siglo de inmóviles corduras.

Abrazos y agradecido de ese mar de letras, sobre el que navega mi barquito (Kandinsky tendría celos).

1600 Producciones dijo...

Maravillosa entrada, da gusto leer post tan bien escritos.

Dejo de regalo esta frase del gran Arthur:

"Quien ha perdido la esperanza también ha perdido el miedo"
Arthur Shopenhauer

Saludos.

Nikkita dijo...

Hola Eva, venia a devolverte tu visita, y me quedare por aquí. Creo que la mayoría podemos tener miedo a que se nos vea en toda nuestra humanidad, según qué circunstancias.
Muy interesante la entrada.
Un saludo

Unknown dijo...

El poder se sirve del miedo, sabe como funciona. Y se sirve de ello para controlar al rebaño (nosotros). A base de meter miedo al pueblo nos consiguen dominar y someter. Recuerden el revuelo que causo el asalto a las dos torres; para mi aun no esta claro si fue bush o fueron los talibanes?? Quizas solo fuese una estrategia de los poderosos para seguir controlando a la humanidad, poniendonos de nuevo en ese estado de alerta en el que sentimos la necesidad de que alguien más poderoso nos acoja debajo de su brazo. Nos ponen en estado de alerta y luego otra vez todo es paz. De ese modo juegan con nuestra mente, nos hacen perder el norte. Fijaros sino, ahora mismo despues de Bush estados unidos esta en el polo opuesto, Obama, proclamando la paz alrededor del mundo. Y cuando volvamos a sentirnos seguros volvera el miedo. Solo son pensamientos :)

Por cierto, muchas gracias por el comentario. Creo que son las palabras más bonitas que ha dicho alguien sobre mis dibujos. Muy agradecido.

Teresa dijo...

Me quedo con esta frase "Hoy, el miedo, más que activar, paraliza. "

Personalmente no le tengo miedo al miedo. He luchado tanto, he ganado batallas, muchas que soy consciente que ya no tengo miedo.

Me ha encantado leer tu escrito, espero la continuación.

Un besito cala

Matías dijo...

Que lindo post! Lamentablemente vivimos con miedo constante, producto de muchas cosas y más que nada de la televisión, que es la que nos dice que hay que ser flaco, lindo, tener el celular más caro, el auto y la mansión. Y eso incuba el miedo a no tener nada de eso. La gente estudia carreras por el solo hecho de un beneficio económico que después termina abandonando por sentirse fuera de lugar. Se somete a dietas rigurosas que lo único que hacen es lastimarlos aún más.
Tener miedo está bien porque nos mantiene alerta y nos prepara. Pero el miedo inculcado en nuestra sociedad es malo porque conduce a la decepción. Vivimos con miedo y ciegos pero muchos estamos despertando. Abrazo!

Eva Magallanes dijo...

Vuestras palabras son apreciados tesoros para mí... el flujo de energía que se mueve entre las personas cuando se da y se recibe, se recibe y se da; cuando se instala la comunicación y el aprendizaje recíproco... transforma. Y nuestra transformación es la transformación del mundo. ¿utopía?, no, efecto mariposa. Un beso sincero para todos/as ustedes!

felix dijo...

Estimada Eva...

No te falta razón. El Miedo es una de las bazas de cualquier especie animal para poder subsistir. Hoy en día como dices lleva a la evasión y a sumergirse en drogas u otros elementos análogos para no afrontar la realidad. La realidad, que por dura que sea, hay que afrontar, sin miedo, pero con valentía.
La madre del cordero es la muerte, que atávicamente nos tiene asustados por las doctrinas religiosas que nos han ido inculcando...

Un beso

Onminayas dijo...

Un post muy elaborado, Eva. Y dicho esto, sobre el miedo que se salve quien pueda.

Besos.

lidia dijo...

bello blog! pues es asi el tema de ls mascaras,si lo entiendo yo...
gracias por tu comentario
un abrazo
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogspot.com

pasa si queres

JOSH NOJERROT dijo...

Conocerte en "Poetas..."fue un placer, a día de hoy, visitar tu blog me llena el corazón de buenas reflexiones. El miedo a veces acrecentado por el afán de consumismo que mantenemos hoy en día, donde desprendernos de todo, no debe, ni queremos, se haga efectivo, indudablemente son otros miedos a los de nuestros antepasados, pero dudo que fueran tan aterradores como los de hoy en día, donde el temor sigue creciendo y de una forma desorbitada...


Abrazzzusss

Nancy dijo...

Excelente post. Yo creo que hay que tomarse la vida más al suave y no paralizarnos por miedo. Si no, nos pasa como a ese hombre de la anécdota que cuentas. Se le va la vida pensando en que la va a perder, en lugar de disfrutarla.
Apapaachos.